11/01 6:31 a.m.
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Poco antes del amanecer, yo ya había despertado.
Había faltado una media hora para que la alarma pre-programada sonara, lo que no me tomó por sorpresa, pues así como malos sueños, de vez en cuando solía tener un tipo de ligeras interrupciones; esta por mis cobijas que habían dejado de ser suficientes frente al frío que se había estado colando por la ventana de nuevo abierta, dejando como un imposible la sencilla tarea de conciliar descanso.
Miré con desgano la hora, resignándome a despejarme de una vez por todas pues el intentar dormir treinta minutos más sería una simple tontería.
El resentimiento por esa maldita ventana no podía dejarme ahora, ¿acaso el cerrojo estaba defectuoso?, ¿era mi culpa que no se pudiese quedar cerrada como debía ser?. Hubiese hablado con Don de una posible reparación si tan solo no temiera que sacara a la voz el pequeño pago de alquiler atrasado, aunque he de decir, quebrar un poco el contrato no era para mí motivo de tanto drama -heheh-, además, estaba trabajando duro en ello.Y hablando de interrupciones, entonces no era para mí algo importante, pero solía ocurrirme que cosas que acontecían entre trozos de mis sueños se mezclaban con mi percepción de realidad; sensaciones como la ventana abriéndose y después cerrándose, pisadas suaves, el armario abriéndose y objetos moviéndose; sin embargo, aquello era tan tenue, tan quieto, que simplemente no era de la suficiente magnitud como para sacarme del estado semi-inconsciente en el que me encontraba, y encima, todo terminaba por diluirse a la salida del Sol al notar que todo seguía perfectamente intacto.
La única excepción que debería hacer aquí fue en una única ocasión, la ocasión más "real".
No debió ser la hora más alta de la noche, pues no estaba ni por cerca en el punto más alto de mi somnolencia, y eso lo sé, ya que fue algo lo que me trajo con facilidad de vuelta al mundo terrenal.
Algo que me heló la sangre y que hizo que para el amanecer mis vellos aún siguieran de punta. Primero, la ventana; pasaron segundos de silencio, probablemente yo volviendo a dormir, y después, mi sentido de alerta se terminó por activar con la presencia de un peso cayendo lentamente a la orilla de la cama poco más bajo que la altura de mi cabeza.
Me congelé tanto que, presa del terror jamás me atreví a abrir los ojos ni a mirar lo que sea que había tomado asiento al lado mío por más de treinta minutos, tiempo que para mí lo calculé como una eternidad.Aquel había sido un episodio tan verdaderamente espeluznante que, pese a cualquier peligro que realmente supusiera, me negué a asimilarlo, dejándolo solo como una pesadilla lúcida en el medio de la noche; una de esas parálisis del sueño.
Y para mi suerte, nunca más se volvió a repetir.Ahora bien, el acontecimiento de aquella mañana fue, en primera instancia, algo muy lejano a lo que yo ya comenzaba a considerar "normal". Al aproximarme a la ventana, muy a regañadientes, mi extrañeza se disparó ante un radiante ramo de rosas, aún con las espinas incluso; podía jurar que aquellas se me hacían ya muy familiares, mas sin embargo me distrajo la frescura con la que éstas permanecían; no parecían cortadas hace mucho.
No tenía siquiera sentido; nadie hubiese podido dejarlas ahí. Mi mente no tardó en dar cabida a un montón de teorías conspiranoides de terror ligadas a todo lo que me había sucedido, pero, ¿a quién podía pasarle eso que yo pensaba?, no, a mí no podía; y a decir verdad, escenarios tan extraños me deberían parecer solo dignos de películas.Solo ingenuidad construida sobre un endeble intento de optimismo.
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•Stockholm◦ | YourBoyfriend
FanfictionOh cariño, nuestro comienzo no fue uno bueno. Lejos de lo racional, en el centro de todo el amor que tenías guardado para mí, pude entender. Aquí, ahora y siempre, prometo amarte tanto como tú lo hiciste. . . . . Historia Y/B x Y/N inspirada en la n...