13/01 7:47 a.m.
Esa mañana todo fue normal, pacífico y cotidiano. Aunque bueno, tampoco podría argumentar más allá si es de las primeras horas del día de lo que estamos hablando. Sin embargo, todo correcto de camino al trabajo, diría yo.
Recuerdo perfectamente haber llevado una sudadera aún más gruesa que las que normalmente acostumbraba llevar encima; no hacía precisamente viento, pero se podía sentir helar los huesos hasta un punto medianamente doloroso. Probablemente porque aún el Sol no calentaba los alrededores con su plena luz.
Las edificaciones que se levantaban por la zona hacían aún más difícil dicha tarea de que los primeros rayos penetrasen con totalidad, creando sombras y lugares de penumbra que si bien no rozaban el umbral de lo aterrador, sí generaban una natural desconfianza.
Nunca me gustó pasar cerca de dichos lugares, pero con el tiempo y el transcurso de la rutina, el andar cerca de los callejones sin sufrir repercusiones hizo de tales parajes una cuestión más de carácter inofensivo que cruzar.
Y quizás fue la credulidad lo que engendró uno de mis peores errores.
Estaba a escasas calles de llegar a la cafetería, podía divisar con dichosa claridad la fachada del local a la lejanía. Las aceras yacían aún un tanto vacías y ahora, mientras mi mente trae de nuevo todos esos recuerdos, me es importante hacer énfasis en la camioneta como uno de los pocos vehículos aparcados que lucía en una de las cuadras.
De pronto, mi cuerpo se vió atraído de manera brusca al interior de uno de los afamados callejones; mis extremidades fueron abrazadas y comprimidas contra mi propio torso con fuerza descuidada mientras mi nariz era cubierta por un objeto húmedo, obra de un ente al que no tuve tiempo de ver pues, al mismo tiempo que mi cerebro entraba en estado de alerta, yo me iba adormeciendo y relajando más... más... y más.
Mentiría si dijera que fue más lo que sentí, pues honestamente no recuerdo más allá del "apagón" que posteriormente experimenté.
[...] [...] [...]
Para cuando mis ojos se volvieron a abrir, había perdido la noción del tiempo y espacio en medio de una terrible laguna mental que mi jaqueca intentaba procesar...
Así que sí... ahí estaba.
14/01 9:15 a.m.
Como dije, el hueco entre mis labios intentó emitir palabra para las tremendas interrogantes que me comenzaban a surgir, cosa que sólo derivó en una especie de sonido ahogado contra la cinta gris que le cubría.
Aquello meramente elevó aún más mis nervios; mi cabeza se tambaleó de un lado a otro, negando con rotunda terquedad lo que era claro que había pasado, otro sistema de defensa natural, supongo yo. Así pues, mis párpados no se evitaron cerrar frente al torbellino de emociones que amenazaban de forma insana. Se presionaron fuerte, habían visto suficiente. Un par de lágrimas se deslizaron hasta caer y humedecer la piel desnuda de mis propios muslos.
La incertidumbre, el miedo, el rencor hacia mis propias decisiones, el deseo de volver el tiempo atrás y la necesidad por gritar y salir corriendo arrasaban con fervor mis adentros; "¿De verdad está pasando esto?, dime que no está pasando esto" era una constante que se repetía en mi cabeza entre gritos y llantos internos de los cuales sólo una parte pasaba al exterior. Sentía sofocarme en mi propia desesperación, mis oídos pitaban, mi pecho le quedaba chico a mis pulmones, mágicamente me olvidaba de cómo respirar y... cuando mi estado anímico no pudo estar más alterado, el débil eco de pisadas calló de golpe mi escenario de descontrol y sollozos oprimidos por lo menos un segundo.
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•Stockholm◦ | YourBoyfriend
FanfictionOh cariño, nuestro comienzo no fue uno bueno. Lejos de lo racional, en el centro de todo el amor que tenías guardado para mí, pude entender. Aquí, ahora y siempre, prometo amarte tanto como tú lo hiciste. . . . . Historia Y/B x Y/N inspirada en la n...