Nos enseñaron a ser robots no humanos.
Nos enseñaron a ser un prototipo más de la sociedad.
Nos inculcaron que todo en nuestra vida debe girar en torno al dinero y la apariencia. No miramos seres humanos conviviendo en este mundo, solo seres superficiales. Si alguno no llega a cumplir todos los requisitos de perfección que se espera, lo único que recibe es el rechazo.
Nos enseñaron a ser frívolos, ambiciosos y desalmados. Si no aprendimos a ser ninguno de esos tres, nos enseñaron a ser mediocres.
Implantaron en nosotros la idea de conformarnos siendo solo unos asalariados necesitados que se pasan toda una vida aspirando a un aumento de sueldo, que se encuentra años luz de conseguirse.
Nos enseñaron a tener más deudas que historias para contar.
Dividieron quien puedes ser en esta vida por secciones:
a) Eres alguien nacido en cuna de oro, quien nunca se tiene que preocupar porque algo le haga falta, (y si tienes suerte, tus generaciones no tendrán que preocuparse jamás por nada, pero si no la tienes en algún momento los recursos se te agotaran y tendrás que aprender forzadamente a hacer algo productivo para sobrevivir).
b) Eres alguien ambicioso que nunca se conformara con lo que tiene, y siempre te quejaras porque quieres más, quieres ser alguien del tipo "A".
c) Eres alguien que escasamente ha logrado sobrevivir con el transcurso de los años, pasaras toda tu vida trabajando para vivir decentemente. Y aunque trabajes hasta quedarte sin fuerzas nunca veras ingresos suficientes en tu hogar.
d) Eres un vago, que no le importa ni el presente, mucho menos el futuro, solo te preocupas por comer, pero no por conseguir comida, esperas vivir de otros, o que la vida siempre sea buena contigo.
Mientras nos motivaban a estudiar una carrera, todos apuntaban a aquello que en un futuro te diera mucho dinero. Te daban opciones de carreras como administración, economía, bancaria, mercadeo, contaduría, etcétera, todo en la misma rama. Y si querías estudiar algo diferente eras un estúpido que sin duda fracasaría.
Se les olvido motivarnos a estudiar algo de arte, música, literatura, todo aquello que embelleciera el mundo. La vida.
No nos enseñaron a ser alguien diferente, a dejar fluir y ser nuestro propio yo, nos enseñaron a tratar de ser una copia de los demás. A no tener ni personalidad, ni pensamiento u opinión propia.
Nos enseñaron a tener miedo. A callar para agradar o callar para vivir.
Olvidaron que entre la aterradora opresión de este mundo, a veces, la muerte luce como algo precioso. Vivir requiere de mucho esfuerzo. Y no nos enseñaron a esforzarnos.
En este mundo es más odio, que amor lo que se recibe.
Son más críticas que respeto lo que se da.
Se les olvido sentir, aprender un concepto de igualdad y justicia entre las poblaciones humanas.
Se les olvido enseñarnos valores, aprender a aconsejarnos en lugar de reprendernos por todo, a apoyarnos, a moldearnos no de una buena manera, si no de la manera correcta.
Se les olvido hacer un cambio. Ser reales.
Lo triste de la historia es que esta enseñanza o la falta de ella, ha sido y al parecer seguirá siendo una reacción en cadena que va afectando de generación en generación.
Hasta que un buen Maestro venga y enseñe a ser humanos, en lugar de robots.
