De a poquito te vas perdiendo...
Llega un punto en el que no sabes quien eres, en que te convertiste, que serás o que incluso solías ser antes...
De a poquito pierdes las emociones y la sensibilidad...
La vida te da tantos golpes que de a poquito las cosas van dejando de emocionarte y van dejando de doler.
Simplemente estas ahí, existiendo sin ningún tipo de reacción física o emocional hacia lo que pasa.
Simplemente estás ahí, sin inmutarte. Sin hacer nada por ti, ni por nadie.
De a poquito vas perdiendo las lágrimas...
Llega un punto en el que ya no puedes llorar, te quedaste vacío y aunque de a poquito te estás destruyendo por dentro, tu exterior no refleja nada.
De a poquito vas perdiendo la esperanza...
Se supone que primero mueres tu antes que la esperanza, pero de a poquito la vas perdiendo, al ver que nunca obtienes ninguna de las cosas que querías...
De a poquito vas perdiendo la fe...
La fe en la humanidad, incluso sabes que ni tu tienes remedio.
De a poquito vas perdiendo la lucha...
Te resignas y llegas a la conclusión que las cosas simplemente van a pasar. Aun cuando luches con toda tu fuerza y voluntad, siempre vas a salir perdiendo...
De a poquito vas perdiendo a tu gente...
Se mueren, te dejan, se van lejos, pero de a poquito te vas quedando solo...
De a poquito vas perdiendo las ganas de vivir...
Solo andas por ahí sobreviviendo, robando aire y ocupando un espacio, porque ya no quieres seguir llevando esta vida.
Y así...
De a poquito...
Vas muriendo...