Olivia Morgan aún vive, una pequeña parte de ella vive.
Está en coma en mi interior, en una habitación tan pequeña y remota que casi no recuerdo. Pero está viva.
Y justo ahora lo sé. Me di cuenta al ver a Cassie Sullivan, la hermana de Frijol. O Sam, como se llama en verdad. Ella es diferente, más infantil, terca y esperanzada.
La recuerdo. Estaba en la mayoría de las clases con Ben y yo, no hablaba mucho, creo que solo tenía una amiga y no era muy popular. No recuerdo haber hablado con ella durante toda la secundaria, aunque, para ser honesta, yo tampoco hablaba mucho con otras personas que no fueran mis únicos dos amigos de la infancia.
Y por motivos de la vida, o de los Otros, estamos aquí.
A unos seis kilómetros y medio de lo que una vez fue la base militar a la que pertenecí, y que ahora no es más que un cráter humeante. Después de huir de Campo Asilo llegamos al Hotel Walker (que irónico, mi antiguo instructor también se llamaba así y era uno de ellos), así lo nombró hacha y todos decidimos seguirle el juego. Todos, menos Sullivan. Es un edificio alto y destrozado, lleno de ratas y escarabajos, y nosotros.
Pero yo odio el hotel, lo odio, odio el moho, el frío, el olor rancio de las paredes, las heces de rata, odio el sonido que hace el viento cuando se cuela por las ventanas rotas de los pisos superiores y odio cuando lo único que hay cuando cierro los ojos es oscuridad.
Me obligo a respirar profundo, y dejo de apretar el fusil que sostengo con tanta fuerza. Cuento hasta quince para que la ira momentánea se vaya. No es el momento.
Estamos las tres juntas en una habitación, haciendo guardia: Sullivan, Hacha y yo.
Frijol duerme en la cama junto a nosotras, bajo varias capas de mantas, pero el frío es penetrante y cruel. A este ritmo no vamos a durar mucho. Puede que los Otros no inventaran el invierno, pero acabará con nosotros tarde o temprano.
Nos hemos quedado demasiado tiempo esperando al salvador de Sullivan.
Era nuestra primera noche en el hotel, esa vez ella misma nos contó la historia. Todo.
Evan Walker, su antiguo nombre, su nombre de humano. Era un Silenciador, sin embargo no la mató, solo la hirió para después recogerla y curarla porque se enamoró de ella al leer su diario. Finalmente la acompañó hasta Campo Asilo para buscar a Frijol, es decir Sam, y después voló la base en miles de pedazos. Sullivan dijo que su punto de encuentro era el hotel, ubicado en Urbana, a unos cuantos kilómetros de la base.
En aquél momento accedimos a su petición de venir aquí, pero después del paso de los días y el hecho de que fuera muy poco probable que Walker hubiese podido escapar de la base en llamas aun siendo un Silenciador, la historia se Sullivan se volvió un poco imposible.
–¿Uno de ellos estaba enamorado de ti? –preguntó Hacha cuando terminó de relatar lo que había sucedido.–. ¿No sería como si uno de nosotros se enamorase de una cucaracha?
–O de una efímera –respondió Sullivan–. A lo mejor les gustan los insectos.
–¿Qué más te contó? –preguntó Ben, estábamos en su habitación. –¿Sus capacidades? ¿Debilidades?
–Ya no tienen cuerpos. Evan me contó que era el único modo de hacer el viaje. A algunos los descargaron, como a Vosch, a él y a los otros Silenciadores, pero los demás siguen en la nave nodriza, esperando a que desaparezcamos.
Yo no dije nada, no sabía qué, todo lo que estaba contando sonaba tan irreal y al mismo tiempo una parte de mí se preguntaba si en verdad todo aquello era posible.
ESTÁS LEYENDO
La Quinta Ola - El mar Infinito (Ben Parish)
FanficSecuela de: La Quinta Ola - El Inicio (Ben Parish) Puedes encontrar la primera parte en mi perfil!! "Los Otros han arrazado con la humanidad, pero algunos pocos aún quedamos y todavía podemos luchar" .... Liv, Ben, Hacha y el resto del pelotón 53 ah...