Pov Ashley
No podía creer lo que acabo de hacer. Acabo de rechazar una buena y placentera noche de sexo puro con Tirzah Uecke. Dios, camine de un lado a otro en el corredor, pensando en la idea de regresar y tomar a esa mujer en mis brazos. Pero ¿Y Joy? No importa cuanto enojo sienta esta noche no haría una traición como esa.
¿Sería traición? No tengo nada con Joy. ¿O si...? No lo sé.
Sacudi mi cabeza mientras salía de "Imperium". El ruido de la sensual música se quedaba atrás, dejando sólo el silencio de la noche. Necesitaba poner mis pensamientos en orden. Necesitaba entender que estaba pasando dentro de mí.
Entre a mi carro suspirando. Recargue mi cabeza en el volante tratando de callar mis pensamientos. Me iría a casa y trataría de dormir, esa sería la mejor opción. No importa que tanto quisiera estar con Tirzah, me gustaba Joy y era con ella con la que quiero estar.
Encendí el carro dejando ese lugar al que tal vez nunca regresaría. Maneje alrededor del centro de Miami pensando en la idea de pasar por Joy. Seguro el problema con Diana ya se había resuelto, me tomó como una hora pasar en frente de su edificio.
Pasaba lento en el carro y pude ver dos mujeres que eran más que familiares. Una de ellas sabía que era Joy. La mujer usaba el mismo vestido que uso hace unas horas en la cena. Y ¿A lado de ella?
Me acerqué un poco más con la ventana cerrada y no era posible. No lo quería creer.
Isabela abrazando a Joy por un largo rato y ella le respondió de la misma forma. Entonces ese era el problema con Diana?
Sentía una urgencia por bajar del auto y enfrentarlas, pero no podía hacer eso. Era mejor que eso. No importa cuanto enojo sintiera, por el momento no diría nada. Me quedé unos minutos más mirando la escena hasta que Joy soltó a Isa y miro hacia mi auto. Maldición. Se dio cuenta.
Acelere el vehículo saliendo de ese lugar sin mirar atrás. Estaba enojada, me sentía como una tonta. Era por este tipo de cosas que odiaba enamorarme.
¿Estaba enamorada?
No.
No.
No.
Estaba enojada conmigo misma por ser lo suficientemente estúpida para negarme a una noche con Tirzah. Mi voluntad era regresar al club y cogerla hasta que no pueda más. Pero no lo haría. Sólo trataría a Joy fría y cortante como ella se merecía.
Mal humor, enojo y paciencia.
Esas tres palabras definieron ese día. Tomé un sorbo del whisky más fuerte como desayuno y partí a Industrias Pérez. El tráfico estaba del demonio como mi estado de ánimo. Cerré mis ojos y las imágenes de Isa y Joy se hicieron presentes, como en las horas que no pude dormir esa noche.
Mierda.
Toque la bocina una, dos, tres veces para el carro oxidado que estaba enfrente. Si no tenía dinero para comprar un carro mejor se hubiera quedado fuera de las calles.
Minutos después me estacione en mi lugar presidencial y fui hacia el elevador. Los empleados corrieron hacia sus respectivos lugares como siempre. Camine entre ellos con una mirada fuerte. Entre al elevador y en el piso 10 vi a Diana y ella entró.
-Buenos días señora. -La mujer me saludó pero no le contesté.
Y después de unos pisos el beep del elevador me aviso que ya había llegado a donde yo quería.
Salgo del elevador y mire a la mujer que estaba sentada en su escritorio. Pase a lado de ella sin hablar.
Entre a mi oficina azotando la puerta, después de unos minutos Joy entró mirándome fijamente y curiosa con algo de miedo.
ESTÁS LEYENDO
The Stripper
Acak¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que si. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Joy, una mujer dulce y dedicada, Tirzah, sexy e imponente, ¿Cuál elegirias tú? ¿Cuál...