~Narra Eros~
Día tras día, el tiempo pasa, sin mi hermano aquí, ni si quiera tengo ánimo de salir a entrenar, el era mi hermano, desde hace milenios hemos estado juntos, muchos más de los que su guardiana estuvo con el, peleamos mano a mano en muchas guerras, Cupido, el dios del amor, un dios fuerte, poderoso, y benévolo, fue reducido a tan solo un simple e inútil humano, no es justo, mi hermano, debes de volver a casa, no puedo perderte
–Tu también lo extrañas, ¿No es así?– un susurro, no más que eso se puede escuchar de ella, su voluntad, su fuerza, su espíritu, todo, se encuentra en completo silencio, todo es tan oscuro aquí, solo una vela y unas pocas luces que se cuelas por algunos agujeros
–El es mi hermano, hemos estado juntos desde siempre, sin el, no estoy completo, no sé que haría si no puede volver–
–Se cómo te sientes…el, el es todo para mí, he entregado mi vida a servir a mi señor, desde aquella vez, supe que mi destino, era estar a su lado, yo…yo quiero– ah, ya veo, así que es eso
–Melissa, tu sentido de lealtad, va más allá de proteger a Cupido, ¿No es así?–
–Yo solo quiero estar a su lado–
–Ya veo, pobre pequeña ángel, has estado sufriendo durante tanto tiempo– tomé con suma gentileza su mejilla y levante su rostro hacia mi, no hay duda, sus ojos cuentan cientos de historias, todas y cada una de ellas con el mismo final –pequeña ángel, sabes el triste final de está historia, pero aún así, quieres seguir escribiendo la– sus bellos ojos blancos comenzaron a derramar lágrimas, tan puros y cristalinos, cruzas una tormenta, tratando de llegar al Edén, aún sabiendo, que ese Edén, desapareció desde el inicio
–Acaso, ¿Hice algo malo?– sequé una de sus lágrimas con mi pulgar, finalmente, se dejó de contener
–No lo hiciste pequeña, simplemente seguiste el camino que tú corazón te indico, y dejaste atrás las advertencias que tú mente te decía, te compadezco, todos estos años, le entregaste tu alma y tú corazón a tu Dios, durante tanto tiempo, has esperado en silencio– pequeña ángel, no puedo ayudarte, pero, puedo darte esto, me acerque hacia ella, y la abrace, un abrazo, sentir la sensación de que alguien te entiende, es todo lo que se necesita, sentir el calor de una persona, tristeza, agonía, sufrimiento, irá, odio, amor… todas y cada una de las emociones, pueda sentirlas, pero, una de ellas, mucho más fuerte que las demás, pequeña ángel, a pesar de todo, sigues esperando el regreso de tu señor, tranquila, a partir de hoy, no estarás sola, juntos, veremos cómo el amanecer vuelve a surgir, y junto con el, con todo su esplendor, el Dios del amor vuelve a nacer.
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¿Cupido también se enamora?
RomansaCuando el dios del amor se canso de ver cómo los humanos jugaban con el don que les obsequio, decidió romper las reglas y bajar al mundo de los mortales para experimentarlo el mismo, después de conocer a quien le mostraría el lado bueno de la humani...