Epílogo

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El dulce sonido de la lluvia resonaba por todo el lugar, tanto silencio y paz, solo nosotros dos, siento como la suave brisa me acaricia, tanto silencio, pero ahora es diferente, ya no estoy solo, ya no más
–Así que aquí estabas –
–Adelaint, no deberías de moverte en tu estado mi amor –
–Cupido, estoy embarazada, no enferma – embarazada, algunos dirán que no perdimos el tiempo, pero el estar con Adelaint nunca se pierde el tiempo, un hijo, mi hijo
–Lo sé amor, es solo que no quiero que te pase nada –
–Tranquilo mi Dios del amor, estoy bien – me acerqué y sujete sus mejillas con ambas manos
–Cada día te ves incluso más hermosa mi bella diosa – la besé, jamás me cansaré, sus labios son tan dulces que ni la mejor fruta del Olimpo la puede igualar
–Te amo Cupido –
–Te amo Adelaint – no puedo soltarla, no puedo alejarme de ella, ella simplemente es todo lo que necesito para amar
–Cupido – de pronto se alejó, no se ve muy bien, su semblante cambió de pronto
–Adelaint, ¿Estás bien?–
–Si…yo…–
–Ven, vamos a…–
–Cupido…ya viene –
–¿Qué?…¿Ahora?…– maldición, se le rompió la fuente
–Cupido, ya viene – mierda, mierda, mierda, ya es hora
–Espera, tranquila, vamos – tomé su mano y la guíe a la habitación, pero no dejó de gritar todo el camino
–Tranquila, todo estará bien – el ángel sanador la ayudará
–Jean, ¿Qué necesitas?–
–Solo que se tranquilice–
–Cupido, me siento…me siento…Cupido –
–¿Qué está pasando?– mi amor, Adelaint
–Es una humana dando a luz a un semidios, no será fácil, puje mi Lady, necesito que no se rinda…
–Adelaint, tu puedes amor…¿Adelaint?…¡Adelaint!…

¿Cupido también se enamora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora