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—¿Eso es el nuevo uniforme? —quedo detenido frente a ella mostrándole las prendas azul marino con blanco acompañado de la corona de flores—. Te queda bien.
—Gracias, ¡Oh cierto! —en los bolsillos del pantalón muestro unos guantes de hule color azul—. Con esto podemos sujetar nuestras manos, dices que no puedes tocar piel humana entonces que mejor unos guantes.
—No se si es una buena idea.
—Lo será, créeme. Toriel me las a regalado hoy al llegar —introduzco los guantes en mis manos—. Así que las traje para al menos tocarte un poco.
—Aun sigues siendo un peligro.
—Seré muy cuidadoso, te doy mi palabra —enseño las manos ya cubiertas—. ¿No vamos?
Estiro la mano para que ella lo toque, al principio a tenido temor, es obvio, pero con valor lo sujeto entrelazando nuestros dedos.
Se sentía tan bien, como si fuésemos pareja.
Sujetados, avanzamos por el mismo camino que siempre recuerdo, fue obligatorio memorizarlo por si me perdía en el bosque y ____ no estaba cerca. Fue buena idea hacerlo o moriría en él.
—Como pasa el tiempo —tiene razón después de varios meses esperando el verano y años conociéndola paseando a su lado, llegue a otra nueva etapa—. Ya estás en el bachillerato, ¿eh?
—Pues sí.
Llegamos al estanque para darnos un respiro de tanto caminar. Ella suelta mi mano que me sentí un poco mal, pero no la obligaría si no quisiera.
Toma asiento a mi lado de tan solo un metro y medio de distancia, doblando las rodillas para luego abrazarlas colocando el mentón en esta, sobre la tela del vestido.
—Hace mucho que no vienes corriendo a intentar abrazarme —comenta mientras observo los peces desde lejos, dando ganas de pescarlos.
—Pues claro que fue hace mucho —sonreí posicionando la vista hacia ella—. Con los palazos que me has dado se fue.
Miro hacia el cielo diseñando la forma de las nubes en lo que son movidos por el aire.
—Que ganas tengo de quedarme —cambie de tema—. En tres años me gradúo y luego pondré venir aquí a buscar trabajo —un sueño muy hermoso desde mi punto de vista—. Entonces podremos pasar más tiempo juntos.
El vienta sopla a su paso ondeando nuestros cabellos, mover el pasto y hojas de los árboles.
—En otoño, en invierno, en primavera —continuosin retirar la sonrisa imaginando las cosas que haríamos al terminar la escolaridad, estando juntos—. Siempre, ¿Verdad?
—Blueberry —suena algo seca—. Es mejor, que te alejes de mi —me desconcierta sus palabras—. Aunque no sea del todo un youkai, hace mucho que dejé de ser humano.
