-Creo que ya llegamos. –Dijo Evan acercándose a un trio de enormes rocas que formaban una especie de triangulo en el suelo si se vieran desde lo alto. –Según las indicaciones que recibí de mi padre, este es el sitio.
-Pero si aquí no hay ninguna entrada. –Replicó Linda.
-La entrada está en medio de las tres rocas, según mi padre hay una bajada en forma de espiral. –Explicó Evan, y al ver la expresión de duda de Linda decidió treparse a una roca y saltar en medio de ellas.Andrew no dudó ni un segundo y de un salto llegó a la cima de la roca. Se giró y se inclinó un poco para ayudar a Linda a subir, quien sin mucho gusto accedió. Ya estando arriba vieron que, efectivamente, había un gran hueco en el suelo, y a Evan tratando de iluminar un poco dentro de él con una linterna que sacó de su mochila.
Bajaron de allí para unirse a Evan, quien ya había encontrado lo que parecía ser el primer peldaño de una escalera en espiral. Con cuidado y mucha precaución Evan puso un pie en dicho peldaño y al asegurarse de que era firme sacó de su mochila un par más de linternas y una cuerda. Las linternas se las tendió a sus acompañantes e hizo que los tres estuvieran atados de la cintura de forma que se pudieran mantener juntos.
Comenzaron el descenso. La superficie de los escalones era muy pequeña, lisa, sin bordes y casi resbalosa, lo cual aumentaba debido a la humedad. Las paredes estaban recubiertas en partes con musgo y en otras con telarañas viejas y demás insectos, lo cual hizo que no quisieran sostenerse de los muros ni por error, ni siquiera ante la obvia necesidad de pasamanos.
Después de algunos gritos de miedo y de precaución de parte de Linda, de expresiones de maravilla de Andrew y de sonrisas de satisfacción de parte de Evan, por fin llegaron al fondo. Bajaron aproximadamente cien metros verticales hasta llegar a una gran caverna que de inmediato se vio perturbada por los haces de luz de sus linternas curiosas.
Al parecer en la cámara en la que se encontraban no había ni rastro de las inscripciones que Evan juró que habría. Andrew no pudo evitar dar un suspiro de decepción y Linda no pudo hacer una mueca hacia Andrew que en silencio decía “Te lo dije”.
-Esto no es todo, no hay de qué preocuparse. –Expresó Evan avanzando un poco.
-¿A dónde vas? –Preguntó Linda casi histérica.
-Puedes esperar aquí si así lo deseas, sólo desátate. –Respondió Evan sin girarse a verla y sólo siguió mirando hacia delante en busca de la entrada hacia una nueva cámara.
-Espera aquí si quieres. –Insistió Andrew indulgente.
-No, iré contigo, quiero ver cuando lo arruines. –Respondió Linda burlona pero con un toque de molestia.Caminaron por no mucho tramo hasta un punto en el cual había un hueco en la pared por el que Evan se escabulló. A Linda le parecía extraño el hecho de que él conociera el punto exacto dónde se encontraba dicha apertura si se suponía que no conocía esa cueva, mas no dijo nada.
Cuando el trio completo estuvo dentro de la nueva cámara, Andrew y Linda se quedaron maravillados ante lo grande e increíblemente decorada con glifos que era el nuevo recinto. Se adelantaron un poco más para ver mejor, de manera que Evan quedó detrás de ellos.
Cuando se dieron la vuelta vieron que el extremo de soga que Evan tenía atado ahora estaba en el suelo, pero a él no lo vieron por ninguna parte. Mas no permaneció en el anonimato por mucho tiempo, de las sombras saltó sobre Andrew colocándole un pañuelo en la cara.
-¿¡Qué diablos haces!? –Gritó Linda aterrada.
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Quimera: Tu sangre, su vida.
FantasyTodos hemos soñado con la idea de provenir de una familia cuyo pasado sea especial, pero ¿si lo especial que tiene tu sangre no es necesariamente bueno? Ser descendiente de un héroe de la antigüedad no siempre es sinónimo de glorias y alabanzas por...