𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙪𝙣𝙤

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En un sucio callejón de la gran ciudad de Nueva York se podía escuchar el sonido de los contonedores siendo golpeados por cuerpos que eran arrojados y también los gemidos de las víctimas tras ser golpeados, arrojados y cortados con el filo de una katana, pero, ¿quién era el que estaba causando tanto alboroto en aquel mugre callejón? Era nada mas y nada menos que el mercenario bocazas, quien había sido contratado para robar un maletin que un clan de la mafia Rusa había robado primero y en el cual se encontraban las fórmulas para armas nucleares muy sofisticadas las cuales no podían caer en manos equivocadas bajo ninguna circunstancia.

—Creo que yo tomaré esto y me marchó. —Admitió sonriendo, los pliegues de la máscara se estiraron, dejando más marcada su reacción mientras sus dedos, cubiertos con guantes de látex tomaban la caja y salió del callejón con ella dejando varios cuerpos por detrás.

La mayoría de gente estaba muerta pero eso era algo que a él no le importaba en lo absoluto. Aunque había alguien a quien si le importaban los comportamientos que el mercenario tenía. Esa misma persona que en ese momento se deslizó desde la cima de un edificio y con el impulso que ganó en el aire sacó volando a Wade hacia otro callejón, pero sin salida donde se cruzo de brazos al caer al suelo frente al mercenario bocazas. La columna de Wade se había lastimado por lo que permaneció unos segundos en el suelo hasta que se recuperará lo suficiente para poder moverse de nuevo.

El porte más pequeño que el propio pero impresionante hizo que el mercenario soltara una risa mientras se levantaba del suelo sacudiendo las motas de polvo que se había pegado a su vestimenta. Trono su cuello y se acercó a Spider-Man, aquel chico del que no conocía más que su nombre de héroe.

—¡Arañita! —Exclamó tomando el maletin y limpiando el polvo de su traje, mientras su columna volvía a reacomodarse. Se acercó a él extendiendo los brazos con intención de abrazar al menor pero un dedo en su pecho lo detuvo y los bajo soltando un sonido de desánimo. —¿No me extrañaste?

—¿Qué estas haciendo Wade? —El menor ladeo la cabeza bajo aquella máscara viendo el maletin en la mano ajena.

—Nada, solo un pequeño encargo... No es nada ilegal, de hecho es bueno —Mencionó Wade con una sonrisa.

—Mataste a 4 personas.

—Personas malas, que iban a hacer cosas más malas —Corrigió meneando el maletin.

—Wade, No leo mentes.

—Ya lo sé, déjame explicártelo. En este maletin hay fórmulas supersecretas que podrían matar a muchas personas y yo la rescate de la mafia Rusa, así que eso me quita la criminalidad de haberlos matado y mutilado. —Se expresó levantando las manos de forma inocente. Peter solamente se pasó la mano por la cara.

—Así no funciona la justicia, no puedes ir por ahí matando personas aunque sea por salvar vidas, así no somos los héroes. —reprochó Spider con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Pero —los intentos de Wade por replicar fueron nulos, puesto que fue interrumpido antes de siquiera poder darse a entender.

—Pero nada Wade, ibas tan bien en tu redención, pero tenías que arruinarlo. —Peter estaba enojado, se había esforzado tanto ayudando a Wade a no ser un criminal y lo arruinaba, al menos no mataba a gente buena.

Pero no era excusa para lo que habia hecho. Cuando Peter reacciono ya tenía a Wade muy cerca, intento alejarse pero solo se desequilibro, desde hace mucho su sentido arácnido no tomaba en cuenta al mercenario como una amenaza. La mano de Wade sujeto su cadera evitando que cayera al suelo. Aunque no lo hubiese hecho de todas formas. Peter observó la máscara de Wade y sintió su rostro arder por la cercanía.

—¿Te he dicho que cuando te enojas te ves muy sensual? —Claro que no era la primera vez que Wade le coqueteaba o se le acercaba de esa forma, pero últimamente Peter se ponía muy nervioso con ese tipo de actos.

—Wade aléjate. —Pidió poniendo una mano en su pecho, hizo el intento de alejarlo pero el nerviosismo no ayudaba en mucho.

—No lo haré. —Canturreó el mercenario sujetando aquella palma que se posaba en su pecho, donde su corazón latía con rapidez. Su palma se deslizó lentamente hacia abajo, ambos estaban en un silencio muy cómodo de hecho.

Peter se sentía avergonzado más no intimidado, mientras Wade estaba totalmente extasiado porque Peter no usaba su fuerza o telarañas para alejarlo por primera vez y eso que su mano ya estaba en su trasero. Con una mano en su cadera, pegó sus cuerpos mientras mantenía el contacto visual a donde creía estaban los ojos del contrario. Sus pelvis chocaron una contra la otra, Wade pudo sentir como una ereccion se restregaba contra la suya y sonrió. La mano que reposaba sobre los glúteos firmes y redondos de Peter comenzó a cambiar si dirección por el muslo para poder llegar ahí, a su erección.

—¿Aún quieres que me aleje de ti? Porque mini araña parece que no. —En el momento en que su mano sujetó la entrepierna ajena sintió como Peter se movia con agilidad disparandole una telaraña a la cara.

Soltó el cuerpo del menor y el arácnido aprovecho para poder empujarlo con algo de fuerza. Lo suficiente para tener tiempo de lanzar una telaraña e impulsarse hacia arriba escapando de la escena. Wade sólo sonrió sacando un aparato que le ayudaría a rastrear al arácnido por medio de un chip que le puso cuando lo sujeto. Tomó el maletin y fue directo a entregarlo a sus contratistas.

Entre Tela De ArañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora