𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐈𝐗

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26 años• “La normalidad no es para nuestra familia II”
 


—¡Papá! —gritó Heeseung. Movió los brazos con energía y botó un vaso con bebida, derramando todo sobre el mantel nuevo.

—Seung, mira lo que hiciste. —le regañó Hoseok. Era divertido ver cómo Taehyung se comportaba como un niño al lado de su hijo, haciendo enojar a Hoseok. Jungkook rió conmigo, ocultando su sonrisa detrás de mi cabello, mientras sostenía a Heejin.

—Jeongguk, detente o botarás a la niña. —murmuré, sin mucho convencimiento.

—No le pasará nada.

Y eso era verdad, Heejin era la devoción de Jeon, lo daba todo por ella. Y como hoy era su cumpleaños, no la soltaba ni siquiera para ir al baño, quería pasar cada minuto del día a su lado, a pesar de que ella llorara porque quería caminar y jugar con Heeseung.

Era extraño estar todos juntos. Al final, Nayeon seguía con Zico, Hoseok casado con Taehyung ante un impulso, Eunwoo era muy amigo de Namjoon aunque todo el mundo sabía que había algo más, y Jisung, mi querido primo no había funcionado con Mark, después de unos años conoció a un chico de intercambio, llamado Hyunjin, pero todos seguíamos siendo buenos amigos. Era estupendo saber que mis mejores amigos estaban juntos, todos, y que ahora nos visitaran junto a mis padres y Misook en el cumpleaños de Heejin.

—¡Papá! —volvió a gritar Heeseung y esta vez lanzó un pedazo de pastel contra el rostro de Tae. Jungkook  estalló en carcajadas, agradeciendo que Hee fuera tan calmada y no una revoltosa como el hijo de Tae.

—¡Kim Heeseung! —excalmó Taehyung. Su grito despertó a Heejin, que se había quedado dormida hace poco, y se puso a llorar con ganas. Y Heeseung la siguió.

—¿Ya ves lo que haces, Tae? —le regañó Namjoon. —Eres un desconsiderado, haces llorar a tu hijo y a tu sobrina, que mal tío eres.

—No seas tan cruel, Namjoon. —replicó Tae.

—Pásamela. —le dije a Jungkook en medio de la pelea. Al principio no quiso, pero terminó por entregármela al ver que la niña no dejaba de llorar.

Heejin se quedó tranquila de inmediato y comenzó a jugar con mi cabello, como siempre hacía cuando la sostenía yo. Acarició mi rostro con sus manos y la besé en la mejilla. Era sorprendente cómo cada vez sus ojos se parecían más a los de Jungkook, y su cabello castaño y rizado también. Eran demasiadas coincidencias, e incluso llegué a preguntarle a Jeon si no me había engañado con alguien, porque Hee era su vivo reflejo. Pero siempre él me respondía que jamás se atrevería a mirar a otra persona cuando estuvo más de la mitad de su vida enamorado de mí. Podrían pasar los años, pero ese lado cursi y romántico de Jungkook, me temía, que no se iría jamás. Aunque en parte me alegraba, eso significaba una discusión diaria, y una reconciliación también.

Pero sin duda, lo que más me gustaba, era cuando al final él me decía que no tenía ojos para nadie más porque me amaba demasiado, y también a nuestra hija, y no se atrevería a destruir la felicidad que tanto le costó construir.

Era un romántico sin causa ni solución.

—¡Las velas! —gritó de pronto Jimin. 

Ver a mi hermano pequeño, ya adolescente casi adulto, era divertido, porque aún no podía quitarme de la cabeza esa vez que nos ayudó a mí y a Yoongi a saber si Jungkook estaba celoso. Extrañaba esos años, pero también estaba emocionado por los que vendrían.

Si me ponía a recordar, habíamos cometido demasiadas locuras cuando jóvenes, más jóvenes que ahora. Era un exagerado e histérico, me arrepiento de haberme comportado tan frío en el cumpleaños de Jungkook y mostrarme indiferente ante su declaración, me arrepentía demasiado, por eso, trataba de hacer lo mejor para él siempre. Porque le amaba y nunca me había sentido tan seguro de algo.

Colocaron las velas en la torta y cantamos el cumpleaños feliz, Heejin no parecía emocionada, seguía algo asustada por todas las personas a su alrededor, estaba acostumbrada a mi presencia la mayor parte del día, a Jungkook por las tardes cuando llegaba del trabajo y de Nana y Nochu nuestras mascotas.

Jungkook y Heeseung soplaron las velas por Heejin, y Taehyung estampó el rostro de Jungkook en el pastel. Hoseok estaba al borde del colapso y Zico y Namjoon no hacían más que reírse, mientras Hyunjin intentaba limpiar a Jungkook, -que extrañamente se llevaban genial-.

Dejé a Heejin con Heeseung para que jugara, se llevaban bastante bien y eso no le agradaba para nada a Jeongguk, consideraba al hijo de Taehyung como una amenaza. Decía que le quitaba tiempo de su hija. Un padre celoso y esposo también.

Miré a todos mientras comían pastel, y de repente, Jungkook me atrapó en sus brazos y me apartó hasta nuestra habitación.

—¿Qué sucede, Rizos? —inquirí, sentándome en la cama.

—Sabes, no lo hacemos tan mal como padres, ¿no lo crees?

—Pff... tú eres un súper papá, así que supongo que no. —sonrió de medio lado y se arrodillo frente a mí. Me besó en los labios, con dulzura y me recordó esa vez  que me besó el día que comenzó todo esta locura. La diferencia, es que la primera vez me obligué a reprimirme por la rabia que sentía, pero ahora, dejé que mis labios respondieran por mí y se fundieran con el aliento de Jeongguk.  

—Estaba pensando... que Hee se podría sentir algo sola... —murmuró contra mi oído cuando nos dejamos de besar.

Lo miré por unos segundos y sonreí como tantas otra veces.

Sabía de lo que estaba hablando.

—Bien, pero que esta vez no se parezca a ti, o de verdad comenzaré a sospechar. —él rió por lo bajo y me volvió a besar, esta vez, como si el mundo se fuera a acabar.   

 

FIN.















































AH, NO SE CREAN, AÚN FALTA UN CAPÍTULO, EL EPÍLOGO Y UN EXTRA, ESPERENLO.

-jeonseokjinniee. 🧸

Marry me || GgukJin ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora