La reina de Tokyo |Manjiro Sano|

|| PRÓXIMAMENTE ||

Manjiro Sano, el líder de la Tokyo Manji Gang, tenía una gran debilidad. Esa gran debilidad tenía por nombre Hanna Yagami, la pequeña con sueños de convertirse en la reina de Tokyo.

—Mikey-kun, algún día me convertiré en la reina de Tokyo —la pequeña pelinegra sonrió.

—¡Pfft! Eso es imposible, ¿cómo harás eso? —se burló el mayor, mientras la mecía en el columpio.

—¡Ah, Ken-chin! No digas eso —Mikey negó con la cabeza—, ella puede ser la reina si quiere.

—Ne, Mikey-kun... Cuando me convierta en reina —lo miró a los ojos—, ¿tú serás mi rey?

Por supuesto, él siempre creyó en ella y la apoyaría en su sueño como cantante, pero el miedo a perderla lo llevó a prohibirle ingresar a la Toman. ¿Fue suficiente eso para detenerle?

—Haruki, ¿qué se necesita para crear una pandilla...?

—¿Personas? —la mayor le sonrió—. ¿Quieres crear tu propia pandilla, Hanna-chan?

—¡Hm!

Claro que no. Sin que los Sano o los demás fundadores de la Toman se enterasen siquiera, Hanna creó Pandora, su propia pandilla. Y al comienzo eran buenos, eran rudos sí, pero cumplían un propósito, hasta que...

—¡Shinichiro-kun! 

El hermano mayor de Mikey murió.

—Esto... Esto no está funcionando, necesitamos expandirnos —murmuró, aterrada.

Entonces Pandora comenzó a crecer, descontroladamente, mientras ella vivía en el extranjero por motivos familiares. Para cuándo regresó a Tokyo, Pandora rivalizaba con la Toman y había empezado a llamar la atención de otras pandillas del sector. No precisamente lo que ella quería.

—¿Quién es ella?

—¿Hm? —Draken se sentó a su lado, bebiendo jugo. Miró donde Takemicchi señalaba para ver a la chica de cabellos negros—. Ah, es Hanna. Aún no me acostumbro a que se vea tan diferente.

Su amor siempre ha estado lleno de obstáculos y tragedias, pero la conexión entre ellos nunca se desvanece. A pesar de los esfuerzos de Takemicchi Hanagaki por alterar el pasado para asegurar la felicidad de Hanna y Mikey, el destino parece tener otros planes.

—♪I'm love with Judas, Juda-as♪ —vio a Baji.

—¿Judas no es un traidor? —murmuró Takemicchi, por alguna razón pensó en Baji.

Las inesperadas vueltas del destino hicieron que su reunión con Keisuke terminara en un romance lleno de descontrol, bueno, después de todo eran un par de adolescentes viviendo bajo el mismo techo con muy poca supervisión de los adultos a su alrededor.