| Especial Halloween II |

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31 de Octubre, 2002


—Vamos, Hanna —la pelirroja le gritó desde su cuarto—, ¡se nos hace tarde!

—Ya, ya —Hanna soltó una risa, saliendo—, mantén tus panties puestos.

El timbre de la casa sonó por lo que Hanna fue a abrir la puerta, encontrándose con su mejor amigo.

—¿Lista para ir a patear traseros de dulces —Keisuke le sonrió—, Yagami?

—¡Puedes apostar!

Hanna le sonrió de vuelta y lo dejó pasar, Baji la miró de arriba abajo.

Looking good, Yagami —sonrió de lado—: Te ves bien, Yagami.

—Lo mismo digo —ella se mordió el labio ligeramente y lo miró a los ojos.

En algún momento del año la forma en que se miraban cambió, pero no le disgustaba. Keisuke era un diablo esta vez, Hanna se disfrazó de pirata así que ambos se miraron con una sonrisa.

 Keisuke era un diablo esta vez, Hanna se disfrazó de pirata así que ambos se miraron con una sonrisa

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Keisuke tragó fuerte cuando ella se inclinó hacia él con una sonrisa coqueta.

—¡Mikey, espera! 

Ambos se giraron hacia la puerta abierta para ver a Mikey correr hacia ellos, Draken y Emma detrás con expresiones cansadas.

Mikey era como un niño pequeño a veces.

No que ellos fueran muy adultos, en realidad, pero se entiende.

—¡Hola! —el disfraz de pirata de Mikey había visto mejores días que ese—. ¡Ahoy, somos dos piratas esta noche!

Emma soltó una risa ante la dramática entrada de su hermano.

—Alguien está emocionado —le picó la mejilla—. Parece que irán de piratas ambos jaja. 

Hana miró de reojo a Emma, ambas se miraron con esa mirada que sólo ellas podían entender. Hanna estaba algo incómoda con Mikey, habían pasado muchas cosas ese año que simplemente no podía entender. 

Mikey era... más indeciso que ella.

Se tocó los labios un momento, ¿acaso aquel beso no significó nada para él? Porque ella estaba completamente confundida gracias a él. Sintió la mano de Keisuke en su espalda mientras se inclinaba hacia su oído.

—¿Quieres un beso?

Estaba bromeando.

—¿Tú me lo vas a dar? —le susurró de vuelta.

Los ojos marrones brillaron con travesura.

—Dime cuándo y dónde —le guiñó el ojo.

Su mejor amigo estaba apartándose un poco cuando Haruki llegó con ellos, Hanna entrecerró los ojos cuando veía a Baji antes de sonreír. Ya se habían besado un par de veces.

La reina de Tokyo |Manjiro Sano|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora