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-Cool shade, stunner, yeah. -Izuku cantaba al mismo tiempo que terminaba de difuminar una sombra plateada en todo el parpado. -I owe it all to my mother. -La música de la era pre-quirk siempre lo hizo sentir normal, como si no fuera solo parte de una minoría. Faltaban unos pequeños retoques cuando escucho que estaban tocando la puerta. -Adelante. -dijo sin mirar, posiblemente era su madre para avisarle que el personal de Akuma había llegado por él, pero cuando la puerta se abrió, en lugar de ver el reflejo de una mujer bajita. Sus ojos se sintieron encandilados al ver la mirada encendida de los ojos rubí del idiota rubio. -¿Qué haces aquí? -dejo caer su delineador de la impresión, por un momento deseo que fuera solo una molesta ilusión, pero cuando volteo a verlo de frente no pudo evitar maldecir en voz baja.

-La tía dijo que podía subir a hacerte compañía en lo que te ibas. -le respondió esperando que Izuku no notara lo aturdido y sonrojado que estaba por verlo con ese atuendo. -¿Por qué me estas ignorando? -pregunto sin rodeos.

-Deberías estar feliz. - Izuku soltó una carcajada y volvió a mirarse al espejo. -Desde niños querías que dejara de seguirte como cachorro hambriento. -De su cajón saco un par de gargantillas, una era de terciopelo con un dije de conejo y la otra tenía la frase ¨Good boy¨ en pequeños diamantes.

-No eres el mismo. -le reclamo. -Se que no soy la razón por la que te alejaste de mí. -Bakugo respiro profundamente, no se sentía listo para decir lo siguiente. -Ni si quiera te alejabas cuando yo...-la palabra quedo al aire, su ex mejor amigo lo miro con curiosidad, como si no supiera lo que trataba de decir. -Aun que te maltrataba, siempre te mantuviste cerca. -Toda la mañana estuvo pensando en cómo acorralarlo, cuando en realidad en este instante el era quien se sentía atrapado. -He estado pensando en estos meses, nunca te debí haber tratado así. -No quiso mirar la reacción de Izuku en ese momento. -Pero también me di cuenta que a pesar de eso, nunca cambiaste.

-Yo no he cambiado. -Hablo con disgusto, odiaba recibir ese tipo de comentarios de personas que creían conocerlo. -Solo me mostraron que no es malo dejar de contenerme. -Iba a seguir alegando, pero escucho a su madre llamarlo por segunda vez desde la planta baja.

-¡El personal de Komori a llegado por ti! -Izuku no le contesto, solo guardo se celular en su abrigo y cuando iba a abrir la puerta, Bakugo lo detuvo.

-¿Quién carajo es Komori? -frunció tanto el ceño que sus cejas parecían ser una sola.

-Eso no te incumbe. -le contesto irritado.

-Bien, déjame acompañarte a la entrada. -sabía que sería inútil discutir con él, siempre había sido demasiado terco.

-No pueden verme contigo. -Izuku lo empujo con una fuerza que el otro desconocía. -Si alguna vez realmente fui tu amigo. -nunca lo había visto así de molesto. -No te me acercaras en público. -esa petición lo asusto, de cierta manera lo dejo algo conmocionado, tanto que ni si quiera intento volver a detenerlo.

Solo volvió a reaccionar cuando escucho a su madre escandalosa, decir lo atrevido que se veía. Cuando regreso al primer piso, desde la ventana de la sala de estar logro ver que un tipo en traje le abría la puerta trasera del auto, el maldito extra aparentaba ser un delincuente con traje de alta costura.

-Te esta hablando Inko. -Su madre golpeo su nuca para llamarle la atención. -Ven a la mesa.

Para Bakugo, los primeros minutos de la cena transcurrieron en charlas triviales y mundanas sobre lo triste que es ser adulto, fue ahí cuando creyó que, si seguía así, el resto de la velada seria capas de averiguar la manera de dormir con los ojos abiertos. Pero por suerte su padre comento algo que logro atraerlo a la charla.

-Me sorprendió ver el abrigo de Izuku, la casa de modas de McQueen produce pocas piezas hoy en día. -le dio un trago a su copa. -Es una pieza imponente y audaz, fue inspirado en los atuendos de las mafias de la era pre-quirck. -el chico explosivo suspiró, su padre es igual de apasionado como el pecoso con las cosas que les interesa. -Izuku sabe llevarlo.

Bailando con el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora