Cazadores de sombras- familia Herondale

Capitulo 8: Primos

Íbamos por las calles iluminadas de New York, era curioso como los mundanos ignoraban tantas cosas que pasaban a su alrededor y seguían con sus vidas normales, se había preguntado varias veces en su vida como seria vivir así, vivir con tanta calma quizá sería divertido.

Pero era algo que nunca podría hacer, las cacerías y las peleas eran parte de su vida en cierto modo le daban lo que él era hoy en día. Era un guerrero y en verdad eso le gustaba, y más aún cuando eso era algo que compartía con sus primos así que no era tan malo como todo el mundo creía.

-Vaya reunión- mi prima me trajo de vuelta a la realidad- es de las mejores charlas en toda mi vida- el sarcasmo en la voz de mi prima era palpable.

-Lo dices como si no nos viéramos hace siglos- le conteste.

-Sabes Ash, es como si fuera hace siglos.

-Eres una dramática, Hayley- hablo Will por primera vez.

-Concuerdo con el rayito de sol.

-Ja ja ja muy gracioso- dijo Will blanqueando los ojos.

-Bueno ya, en fin, me gusta otra vez los tres juntos- Hayley dio un pequeño brinco y se posiciono en la mitad de los dos- juntos como en los viejos tiempos.

Sonreí mientras Hayley colgaba de nuestros hombros, era curioso que los hijos de Jace Herondale y Sebastián terminara siendo como hermanos.

-Pudiste averiguar algo de lo que te dijimos- pregunto Will mientras se sacaba a su hermana de encima.

-Hice lo mejor que pude, teniendo en cuenta las descripciones que me dieron

-Que tenia de mala nuestra descripción- pregunto Hayley.

-Estás hablando en serio- dije totalmente incrédulo.

-Si- dijeron ambos al tiempo encogiéndose de hombros.

-Literalmente dijeron: Hay sombras personificadas que oscurecen todo y nos quieran matar, te queremos.

-Bueno es que literalmente eso paso- contesto Hayley y yo solo blanquee los ojos.

-Que alguien me de paciencia con ustedes dos

Voltee a la derecha para dirigirme hacia un callejón oscuro con los mellizos pisándome los talones, llegue al final y toque la puerta que había. Después de unos segundos un hombre bastante grande nos abrió la puerta, por su marca del cuello distinguí que era un hombre lobo.

-Que quieren- pregunto con voz grave.

-Solo queremos entrar al club a divertirnos un poco- conteste arrastrando las palabras.

El hombre nos dio una mirada interrogativa pero después de unos segundos abrió completamente la puerta dejándonos pasar. La música estaba a todo volumen mientras las luces se encendían y a pagaban, había toda clase de subterráneos sin duda este era el lugar perfecto para sacar información.

-Bueno, ya saben que hacer, sepárense, nos vemos aquí en una hora- les dije ambos asintieron y cada uno salió a un lugar. Bueno es hora de empezar el juego.