Divagar

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Por un momento el castaño se había quedado sin respiración.

—¿Louis?—alguien movía su hombro— ¿estás bien?—Zayn volvió a pensar lo mismo, que Louis era un chico raro.

—Mmmmm, solo creo que deberíamos irnos.

El rizado jamás se había acercado a él y mucho menos había hablado. La mente del ojiazul era la que había montado toda escena. Lo único que sucedió fue que ambos chicos cruzaron miradas y después el rizado regresó a la cocina.

Cuando llegó a casa subió las escaleras para entrar en su cuarto y sentarse en su cama.

¿Es extraño o normal cómo sigue pensando en lo que imaginó?

La verdad es que todo es demasiado extraño. No es como que todos los días te encuentres con la persona con la que soñaste. Pero claro que no, es obvio.

El castaño decidió que era mejor hacer las investigaciones que tenía de teoría y después pondría su guitarra dentro del estuche para mañana llevarla a la escuela.

Toda la semana fue demasiado rápida, no volvió a ver al rizado y tampoco soñó con él. Zayn volvió a compartir todas las clases con él a excepción de una.

El fin de semana se fue en tareas, comida, llamadas con Luke, mensajes y ayudando a mamá en el jardín. Claro que Ximena amaba su jardín, ella amaba pasar su fin de semana allí ya que en la semana trabajaba la mayoría del tiempo en la clínica.

Su jardín tenía demasiadas flores y pequeños bonsai.

—¿Seguro que es sólo por la escuela?—sonrió un poco mirándolo de reojo—vamos, puedes hablarlo.

—Hay algo más pero es muy raro, probablemente creerás que perdí la cabeza— y será lo único que escuches porque probablemente pensarás que James y yo volvimos a fumar mariguana en el ático.

Oh dios, ¿a quién carajos se le ocurriría fumar mariguana en el ático de su casa con su familia abajo?. Nunca olvidará la cara de Carl mientras repetía que él no había fumado con ellos, mientras Ximena sólo podía observar sus ojos rojos.

—Lo olvidé, debo ir con James—se levantó de la silla y caminó.

—Me dirás qué pasa cuando regreses, no creas que lo dejaremos así—dijo señalandolo con unos claveles blancos.

La verdad es que no fué a la tienda de discos, terminó en las calles del centro de la ciudad caminando a una casa de tarot.

Él mismo se había dicho que probablemente esto es excesivo pero solo eran un par de centavos.

—Me has dicho a qué has venido- okay esto si es raro—la chica rubia de tu sueño está por llegar.

—¿Qué más?— alzó las cejas en señal de que continuara, pero dentro de él quería soltar una pequeña risa.

—Te enamorarás de ella y se casarán— la mujer seguía con la mirada sobre la mesa mientras sonreía.

Ahora si no pudo evitar soltar una pequeña risa- pero señora, si yo sueño con un chico, ¿cómo va ser rubia?.

Lo último que pasó es que la señora lo corrió del local después de que Louis empezará a burlarse y lo peor, no le regresó su dinero. Se quedó recargado en la pared unos minutos pensando en que tal vez era mejor dejar de pensar en todo lo que tenía que ver con el chico. Recordó que una vez su abuela le dijo que pensar las cosas demasiado es malo.

Empezó a caminar a casa, pasaría a la tienda de paso.

No debí hacer eso, para empezar no debí haber entrado aquí.

Dreaming About Him [L.S] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora