Capítulo 14

106 16 9
                                    

 Moviéndose con sigilo en la oscuridad, Sungmin entró en el baño para ponerse una camiseta de deporte y unos pantalones de ciclista. La noche anterior Kyu había decidido quedarse a dormir y el había querido sacar el equipo del dormitorio.

Eso era lo que habría hecho Heechul, pensó mientras se embutía los pantalones.

Se recogió el pelo con un pasador, se puso los calcetines y decidió irse así, con las zapatillas de deporte en la mano. Cuando abrió la puerta del dormitorio, soltó una exclamación. Kyu estaba sentado en la cama y había encendido la luz de la mesilla de noche.

—¿Qué pasa? ¿Tienes superoídos? No he hecho ruido.

—Más o menos. ¿Vas a hacer ejercicio? Buena idea. Iré a buscar algo de ropa y te acompaño.

En vista de que Kyu estaba despierto, Sungmin se sentó para ponerse las zapatillas.

—Puedes dejar tus cosas aquí para la próxima vez.—Kyu sonrió.

—En nuestra tribu hay gente muy susceptible con esos temas.

—Yo no.

—Me alegro, porque yo tampoco. Es más fácil así. —Kyu echó un vistazo al reloj y esbozó una mueca—. Por lo general.

—Vuelve a dormirte. No te lo tendré en cuenta, ni pensaré que eres un macarra, un blandengue o un perezoso.

Kyuhyun entornó los ojos y lo fulminó con la mirada.

—Nos vemos en el gimnasio.

—Muy bien.

Sungmin salió de su habitación pensando que empezar el día bromeando con Kyu, hacer luego una hora de ejercicio y rematarlo todo con una ducha caliente, un buen café y una jornada de trabajo por delante era un plan fantástico.

De hecho, era perfecto.

Cuando entró en el gimnasio vio a Heechul haciendo unos ejercicios de resistencia cardiovascular mientras veía un programa de la CNN.

—Buenos días —dijo en voz alta.

—Buenos días. Es insultante lo contento que se te ve.

—Es que me siento de fábula. —Sungmin tomó una colchoneta de la estantería, se echó y calentó el cuerpo con unos estiramientos—. Kyu va a venir a hacer gimnasia.

—Eso explica tu alegría insultante. ¿Qué tal la cena?

—Bien, muy bien en realidad, solo que...

—¿Qué?

Sungmin miró hacia la puerta.

—No creo que tarde mucho en llegar. Te lo cuento luego. —Mientras empezaba sus estiramientos observó el equipo de Heechul. Su amigo vestía unos pantalones ajustados de color chocolate y una camiseta sin mangas y con un estampado de colores. Un conjunto muy práctico y delicado—. Creo que me compraré ropa de deporte. Mis conjuntos están hechos polvo.

Heechul subió a la otra bicicleta elíptica que había en el gimnasio.

—¿Cuánto tiempo has estado?

—Más de treinta minutos.

—A ver si te atrapo.

—No lo creo. Estoy a punto de llegar a los cinco kilómetros y luego me pondré a hacer pilates.

—Haré esos cinco kilómetros y compensaré tu pilates con un poco de yoga. Quizá llegue hasta los seis. Anoche tomé suflé.

—¿Valió la pena al menos?

Sabor de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora