Parte 8. Abrumador

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Mariel

Un dolor en el tobillo hizo que abriera los ojos, me había quedado dormida después de hablar por teléfono. Cuanto tome conciencia de donde estaba y que había pasado, me senté despacio en la cama y fue que note que ni siquiera me cambie de ropa, al menos alcance a quitarme las botas de trabajo, si no no quería saber como terminarían mis piernas de cansadas.

Revise la hora, eran las 4 de la mañana, revise la hora la hora de llamada de David, eran casi a las 10 de la noche cuando colgué

-ho que bien logre dormir 6 horas seguidas – dije mentalmente, ya que desde que me junte con Julio mis horas de sueño variaban mucho y rara vez podía dormir tantas horas seguidas.

Me estire espacio lo más que pude por que el cuerpo aun dolía, y avance a una puerta que supuse era del baño. Al entrar la mandíbula se me fue al piso al ver el lindo baño, era amplio con acabados en dorado, y blanco, el lavabo era blanco y amplio, encima de este había un espejo ovalado que cubría casi todo el espacio en la pared donde se encontraba, a un lado en la parte de arriba, había unas repisas con insumos higiénicos y varias toallas, la regadera era dividida por cancel semitransparente, había una pequeña tina de baño debajo de la regadera y varias botellas para tomar el baño.

Mi sonrisa de niña en feria no cabía en mi cara, siempre tomaba baños rápidos para no descuidar a Tiago o que no se me hiciera tarde y nunca en mi vida había estado en una bañera.

Dando intento de brincos gracias a mi esguince, me acerque a la bañera y después de hayar como funcionaba la cosa, logre que ésta comenzara a llenarse, deje al agua correr y regrese al cuarto a buscar la ropa que me había dicho Daniel, no me entusiasmaba mucho la idea de eso pero cada que le llevaba la contraria al hombre ponía cara fea y daba un poco de miedo.

Revisando los cajones no sabía que hacer, si alegrarme, preocuparme, aterrarme o salir huyendo de ahí, aunque descarte lo último por que no sabía ni como llegamos y la tina llenándose me seguía hablando y es que, ¡HABÍA MUCHA ROPA!, de verdad algo no era normal aquí.

Había unas 20 blusas diferentes, y mas o menos el mismo número conté de pantalones, licras suéteres, chalecos y sudaderas y ropa interior y hasta pijamas, ya llevaba abiertos 3 cajones, si lo consideraba bien nada de lo esencial faltaba, pero la curiosidad pudo mas, al abrir el cuarto cajón en vez de correrse hacia delante, se abrió hacia abajo dejando ver varios pares de tenis y botas.

-¿Queeee? ¿Es broma no?

Abrí el cajón restante de la misma forma que el anterior y halle sandalias, pantuflas y valerianas.

No podía cerrar la boca que no se en que momento abri, -¿No me abre colado en el cuarto de alguien mas no? , uff ya valió, me endeude seguramente

Ahí estaba papando moscas cuando se oyo el agua caerse, corrí como pude a cerrar y regrese a buscar la ropa para bañarme, finalmente decidí que tomaría la oferta completa, ya pediría la cuenta no podía hacer nada mas, de cualquier manera necesitaba ropa limpia, tener cerca a ese hombre me hizo transpirar mas de lo que me gustaría reconocer.

Fue un baño de lo mas rico, tarde mas de media hora ahí hasta que al agua enfrió casi por completo, era delicioso no quería salir pero el frio empezaba a sentirse.

Escogí un conjunto de mezclilla y blusa manga larga de algodón, unas lindas calcetas lilas y un conjunto interior gris de encaje.

Mi yo interna se me quedaba viendo con una ceja levantada -¿Quee?

-que no querías tomar nada de ahí y ahora resulta que estas sonriente frente al espejo

-¿Y? – Conteste levantando los hombros, - lo voy a pagar si, deja de molestar

Una mate diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora