Honey | Pehyan x Yasuda

03 | Just, shut up.

"I love you, but please, shut up."

》Te amo, pero por favor, cállate.《

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No había podido avanzar en esa parte del libro, por mucho que retrocediera al inicio del párrafo siempre en la misma parte terminaba perdiendo el hilo de la historia.

Yasuda suspiró resignada, tentada a cerrar el libro observó al chico a su lado, que no paraba de hablar y hablar sobre no-sé-qué de la dichosa pandilla en la que estaba.

—¡No entiendo como todavía Mikey puede creer en él! Se nota que ese Kisaki da mala espina —Pehyan sigue quejándose como si Yasuda fuese su psicóloga mientras tiene su cabeza descansando sobre el hombro de la chica.

El día está soleado, la hora del descanso apenas había empezado. Yasuda decidió por primera vez en su vida subir a la azotea de la escuela en busca de tranquilidad para empezar el libro nuevo que su madre le había regalado.

No le dijo a nadie a donde iría, así que no tenía idea de cómo Hayashi Ryohei pudo encontrarla. Sólo sabe que el llegó y como si nada se sentó a su lado empezando a quejarse del tal Kisaki.

—Créeme, ese bastardo no trae nada bueno pero se ha ganado la confianza de Mikey muy rápido y... y...

—Hayashi-kun.

—¿Qué? —Ryohei mira a la chica a su lado la cual le dedicaba una mirada fúnebre— ¿Que no ves que estoy hablando?

—Sí. Cállate. No entiendo nada de lo que dices —Yasuda cierra el libro por fin— No sé quién es ese Kisaki y no entiendo nada de la pandilla esta en la que estás ¿Por qué me cuentas todo esto?

Hayashi desvía la mirada, incapaz de verla por ese instante.

—Seguramente cansaste con el mismo tema a Mitsuya-kun —añade la chica suspirando— Eso no significa que tengas que contarme todo a mí.

—Yo sólo quería contarle a mi novia sobre esto —Ryohei se incorpora, su espalda reposando en la pared al igual que Yasuda.

La chica de lindas trenzas pestañea no una, sino dos veces ante lo dicho por el contrario. La mirada intimidante –a la cual ya estaba acostumbrada– de Ryohei se posó en ella.

—Hayashi-kun... no estamos saliendo.

—¡¿No lo estamos!? —exclamó impactado.

—¿De qué hablas, idiota? —Yasuda negó con la cabeza para luego apuntarle con un dedo— En ningún momento me has pedido salir. Sólo me dijiste que te gustaba.

Ryohei tomó lo más delicadamente que podía el dedo de Yasuda y lentamente pasó a tomar toda la mano de la chica.

—Creí que estábamos saliendo, ya que pensé que también te gustaba —un tanto apenado desvió la mirada pero sin soltar la mano de Yasuda— Perdón. Me equivoqué.

La expresión de la chica se suaviza mientras pierde la tensión en su brazo, la mano que sostenía Ryohei terminó por entrelazarla con la de él.

—Odio los delincuentes, en especial a ti —murmura sin voltearle a ver— Te odio en especial a ti porque haces que mis sentimientos se contradigan.

Ryohei suda fríamente, no tenía ni idea de lo que ella estaba diciendo. Yasuda no soporta ver esa cara de idiota que estaba haciendo y suspira para explicarle.

—En pocas palabras yo también. Me gustas, pero por favor, cállate —le pide levantando el libro con su mano libre— Vuelves a mencionar algo de Kisaki, Mikey el no sé qué y te pego.

—¡Espera! ¿Entonces ahora sí estamos saliendo?

Yasuda se avergüenza un poco pero si, podía decirse que sí.

—Sí, pero eso no significa que no te vaya a pegar si vuelves a interrumpir mi lectura —le advierte, con las mejillas un tanto pintadas en carmín.

Ryohei solo sonríe y en silencio vuelve a dejar caer su cabeza sobre el hombro de Yasuda mientras piensa en lo que le dirá en la carta que le escribiría a Pahchín esa noche.