IV

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Ya había pasado un tiempo y ninguno de los dos decía algo. La verdad, ante eso, ya no sabía ni qué decir. Fue cuando ella se levantó de su lugar y la vi.

- No te preocupes, ya me voy - dicho esto, se fue directamente a la puerta.

- ¿No me dirás siquiera tu nombre? - dije sosteniendo la puerta para que saliera.

- Lorelay, ¿y tú? - dijo mirándome.

- Ethan - dicho esto, se acercó a mi oreja lentamente.

- Ethan, te has salvado - y se fue. 

LorelayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora