7. Debilidad

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La semana avanzó con normalidad, entrenaba sola de día, era retada por 2 personas y el último retador era Baro en la noche. No había día que no viniese a retarme con la convicción de que podría superarme con facilidad, con el tiempo empezaba a mejorar un poco, o mejor dicho, empezaba a memorizarse mis movimientos lo que hizo que me molestase.

—Baro, no estamos mejorando, te vas a estancar.— Él me miraba confuso, incluso molesto. Parecía no entender de lo que le estaba hablando. —Me refiero a que te estás acostumbrando a mis movimientos, por lo que ya no vas a mejorar— Se acercó a mí y con su cara burlona me miraba desde arriba. —¿Acaso la princesita tiene miedo de que está a punto de ganarle?, no sabía que tenías tan mal perder...— bufé a su comentario, era tan grande su orgullo que parecía estúpido.

—Lo que T/N quiere decir es que te estás acostumbrando a sus patrones, pero eso no significa que estés mejorando, es como jugar a un juego de ritmos: al inicio la velocidad rápida te será difícil de seguir, con el tiempo tus ojos y cuerpo se acostumbra a la velocidad, pero es tan fácil como bajar la velocidad para que te complique la jugada. — Dijo Nikko apareciendo por la puerta, yo asentí a su comentario, pero Baro seguía sin entenderlo. Nikko le propuso hacer una pachanga al cabeza hueca y tal y como pensábamos Baro fue derrotado al hacer variaciones de velocidad... Creo que esta vez le dolió más su orgullo que cuando lo machaqué el otro día.

Por una semana dejé de jugar con Baro y me centré en el resto de jugadores, todos estaban mejorando mucho, entrenaban su resistencia, practicaban lo básico del fútbol y luego rehacían las reglas para mejorar y buscar nuevas tácticas y jugadas en equipo. La verdad es que ser un equipo de delanteros era bastante complicado, pero eso significaba que el equipo contrario tenía que tener cuidado con todos, pues ninguno dudaría en chutar a portería. Yo intentaba centrarme en mi vida, pero antes de que me diese cuenta me estaba acostumbrando a estar junto a los chicos, sobre todo al estúpido rey de Baro, había veces que incluso lo podíamos ver disculpándose o preocupándose mínimamente por los otros. También había días que quería conocer la vida de sus compañeros, al menos de aquellos que veía como rivales. Incluso a mí me había preguntado algunas noches sobre cómo había sido mi infancia, aunque no le había contestado ni una sola vez.

Jinpachi les había anunciado que jugarían contra la Sub-20 e incluso ya estaba la plantilla hecha, faltaban 2 días para el partido y todos estaban emocionados y nerviosos, entrenaban como nunca antes lo habían hecho pues ya estaban cerca de la final. Me encontraba en mi habitación estudiando jugadas de algunos equipos profesionales como el Real Madrid o el Paris Saint-Germain entre otros. 

Alguien golpeó mi puerta y cuando abrí me di cuenta de que era Isagi, fuimos a dar un paseo y me estuvo hablando de sus pensamientos, sus dudas y demás cosas que le confundían. En algún momento de la conversación salió el tema de Baro, ambos estábamos de acuerdo que su orgullo le estaba pasando factura, pero también notábamos un leve cambio dentro de él.  Llegamos a mi habitación de nuevo y se despidió diciendo que el cambio de Baro era gracias a que yo estaba con él, lo cual me confundió y me encerré en mi cuarto a pensar sobre ello. Si es cierto que había estado pasando mucho tiempo junto a Baro a solas, pero solamente entrenábamos juntos o intentábamos pisotear el orgullo del otro, por lo que no lograba entender a lo que se refería Isagi. El toque de queda había llegado, así que todos estaban en sus habitaciones durmiendo excepto aquellos que quisieran entrenar horas extra o que no pudiesen dormir. Gracias al silencio del edificio podía escuchar los pasos de alguien acercarse a mi habitación, por lo que cuando tocaron a la puerta no me sorprendí. Esta vez era un Baro algo impaciente, se notaba raro a simple vista lo cual me incomodaba. Me pidió entrar a la habitación y yo accedí. Al entrar él cerró la puerta detrás de él y me arrinconó contra la pared, mi corazón estaba intranquilo y pensé que en cualquier momento iba a parar de latir, no entendía nada.

—Escúchame T/N, no sé que demonios me has hecho, pero si no hacía esto antes del partido no iba a poder concentrarme.— Decía nervioso y sonrojado justo antes de abalanzarse sobre mí y besarme, noté mi cara roja, hacía calor y pensé que me iba a morir. Él en cambio me empujó lejos de la puerta y la abrió de nuevo para marcharse. —Esto no es nada especial, solo me apetecía hacerlo, solo puedo permitirme pensar en el futbol así que no tengo tiempo para ti o cualquier cosa, si quieres golpearme que sea después de que ganemos el partido del sub-20.— y sin pararse ni un segundo se fue por el pasillo. Un sentimiento tan cálido había llegado a mi tan fugaz como se iba, pues la última frase lo dejaba todo claro.  Me dolía el pecho y la cabeza me estaba taladrando, empecé a notar que las paredes de la habitación cedían ante mí y me asfixiaba. Decidí salir al pasillo, pero su final se alargaba como si fuese imposible huir de allí, quería llorar y pedir ayuda, ni siquiera mi voz podía salir, caí al suelo y al poco tiempo noté que alguien me cargaba para llevarme a mi habitación de regreso, yo solo podía llorar.

A la mañana siguiente me desperté exaltada recordando lo que había ocurrido la noche anterior, en la silla se encontraba mi hermano Jinpachi mirándome algo preocupado. —No me preguntes por qué, pero supuse que algo como esto iba a suceder tarde o temprano— Yo estaba procesando lo que había ocurrido, algo que no tenía ni idea de lo que iba a ocurrir me afectó mucho más de lo que nunca había pensado. —T/N, creo que lo mejor para ti y para los jugadores será que abandones el edificio, no creo que ahora estés en las condiciones para ayudarlos, y mucho menos quiero que veas a Baro.— Me molesté por lo que dijo, pero tenía razón: no quería ver a Baro en un tiempo, ninguno se había declarado, ni siquiera sabía que tenía esos sentimientos por Baro, pero cuando justo los descubría era rechazada.

—Hermano tienes suerte, eres tan antisocial y rarito que nunca tendrás que sufrir por estos sentimientos.— dije triste mientras intentaba hacer la maleta para irme. —T/N, tal y como dices yo no sabré lo que se sufre con eso, pero anoche sufrí viéndote en el suelo llorando y casi sin poder respirar luego de lo que ocurrió, no sé que tanto te ha dolido lo que ha hecho ese cerebro de nuez, pero solo puedo llegar a la conclusión de que el amor es un asco, porque cuando hay amor, esa persona se puede convertir en tu mayor debilidad.—

La hermana de Jinpachi Ego +18 | Baro x T/N | Blue LockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora