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—Pero es de tu color favorito. Vamos anímate Alice.— la joven hizo un puchero.
—¡No me digas Alice! Soy ___. Ese es mi primer nombre.—Cruzo los brazos alejándose de su hermana.
—Te lo pido de verdad ___. Te lo ruego...—Se acercó a su joven hermana para tomarla de los hombros.—Tu hermoso rostro no durará para siempre, y cuando esa belleza se acabe quedarás como nuestra tía, yo no quiero que te pase algo así... No serás una solterona.
—¿Mi hermosa cara? Lo haces por el dinero Margareth.—Se alejo de nuevo de su hermana.
—Tienes razón en eso también pero realmente me preocupo. Tu juventud y tú belleza no durará por siempre... Es necesario que-
—¡No me voy a casar con ese idiota!—Reclamo enojada.—¿Tu matrimonio es sin amor Margareth? Pues yo no quiero eso para mí. Soy libre de elegir.
—Eres terca igual a mamá.—Rodo los ojos.—Yo fui igual a ti, alguna vez... Soñaba con la libertad, con viajar lejos y vivir mi vida. Te entiendo y me duele.—Tomo la mano de hermana.— Pero tuve que madurar, papá murió y me dispuse a cuidar de mamá y de ti. Luego no obtuve opción cuando mamá enfermo. No te viviré para siempre, ___ y no quiero dejarte sola...—Le dió una mirada triste. ___ suspiro antes de asentir a regañadientes.
—Esta bien.—Margareth sonrió victoriosa.
—Preparate.— sonrió antes de salir de la habitación. ___ volvió a suspirar mientras veía la ventana.
—El destino no puede ser tan cruel...—Derramo una lágrima antes de salir de la habitación también.
Cuando llegó a la puerta de su jardín, lanzo un respiración lentamente para calmar sus nervios y salir. Había una fiesta con varias familias, todos voltearon a su dirección. Todos esos ojos observando cada movimiento de la joven mientras bajaba de las escaleras.
Al llegar el final un hombre la esperaba. Dándole la mano para ayudarla en el último escalón. ___ acepto lentamente.
— Te ves increíble ___.—susurro el joven.
—Tu ¿También?—Sonrio incómoda. La gente aún observando sus movimientos.—Curioseco Cruriosesco.—Murmuro para ella misma.
—¿Mande?
—No, nada. Hablo conmigo misma, estoy nerviosa.—Volvio a sonreír.—Perdon, Thomas.
