—Esta... Jugando con El gato sonriente afuera, en los jardines—Le contestó.
—¿Estás bien Alice?—Pregunto un señor. La mujer embarazada simplemente suspiro.
—Perdon... Solo pensaba... En mi esposo... Rumpe, me confesó que Regina lo dejo atrapado en lo que fue nuestro primer hogar, y no tengo como sacarlo, ni el tiempo ahora que sabemos que Regina, va a lanzar su Maldicion. La verdad temo por mis hijos. Por Grace... Solo es una niña. No quiero que sufra esto—El hombre mayor parecía pensarlo casi sufriendo por lo que iba a decir.
—Le mentí a Blancanieves... Habrá dos lugares para escapar—Confeso mientras lágrimas amenazaban con salir
—¿Que?
—Voy a enviar a mi hijo Pinocho...—aclaro—Sueno egoísta ¿No?
—No...No te culpo, eres padre y Yo hubiera hecho lo mismo...por mis hijos.—Le aclaro ella— Yo hice un trato con Rumpe... Que mantendría a mis hijos conmigo y a Jeff no le faltaría nada. Podemos con esto...—Le tomo de la mano-Vamos a salir... Lo prometo.
—Aun así me siento tan mal...
—Esta bien.Van a romper la Maldición. Lo juro—Trato de ser optimista. La puerta de la habitación se abrió de golpe, con un niño pelirrojo entrando con felicidad.
—¡Mira Alice!—Grito corriendo Pinocho con una cajita de madera—¡Te hice esto!—Le entrego la caja con emoción.
—Oh mira Pinocho.—Acepto el regalo.
—¡Ábrelo!—Grito feliz el niño.
—Tranquilo, hija. Alice lo abrirá—Regaño Su padre, dándole una sonrisa. La joven abrió la cajita revelando un collar de un corazón de madera.
—Ohh es muy hermoso, pinocho. Gracias de verdad—Le sonrió con cariño.
Actualmente...
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—Ahora que no estamos lo suficientemente confundidos de por qué no eres un gato normal en lugar de ser un humano ¿Cómo es que me recuerdas?—Pregunto extrañado Jefferson mientras miraba al joven.
—¡No lo sé!—Se ríe nervioso—Estoy loco, siempre lo estuve... Supongo que fue eso, pero tuve pesadillas donde yo era un gato... ahora que lo pienso con razon tengo manías extrañas—Penso unos segundos—¡Cómo sea! luego... Vi a Alice... ¡Nuestra Alice!—Le dijo emocionado—el día de Halloween y es como si mi cabeza reaccionara y recordara lo que no debió ser. Me acordé de la Maldición y de la aventura que tuve con Alice.
