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Cuando Jefferson colgó su sombrero por aquella joven que sin querer regreso al mundo de las maravillas, Ella siempre se pregunto si se arrepentiría. Siempre se aseguraba que no lo hacía, pero a veces, cuando su ajustado presupuesto no permitía ningún margen de maniobra fuera de las necesidades, lo pillaba mirando fijamente a su sombrero.
—Quizás un trabajo no estaría de más.— propuso ___ una noche cuando no había apartado la mirada del maletero en casi media hora.
El le miró por un momento antes de suspirar su nombre
—Es demasiado peligroso.— dijo, colocándola en su regazo mientras se sentaba en el sofá.—E incluso si no fuera así, dejaría a mi querida esposa sola con mi hija y sobre todo esperando otro.
—Estaría bien. Solo será por un tiempo...
—Pero algo podría salir mal. Entonces sería para siempre.
—Seamos realistas, Jefferson. Si no fuera por mí, todavía estarías haciendo tu trabajo. Entonces no te sentirías miserable.—Acercó su rostro al suyo y apoyó la frente en la de ___.
—Mi amor, no soy miserable. Preferiría estar aquí contigo que hacer ese trabajo. Es solo que quiero darte más que esta vida...—suspiro.
—Pero no es una mala vida, cariño...— murmuró ___, enredando sus dedos en su cabello.—No estamos ganando tanto como solías hacer cuando hacías ese trabajo, pero todavía comemos todas las noches, y todavía tenemos un techo sobre nuestras cabezas, y ...
—Y hemos estado casados durante casi seis años y no tienes un anillo.
—No necesito un anillo.
—Te mereces un anillo.— dijo, apartándose de ella para mirarle a los ojos.— Además, si tuvieras un anillo, no tendría que ahuyentar a los hombres en el mercado.
___ soltó una risa y le acaricio el cuello con la nariz. Antes de que Jefferson la levantara en brazos y la llevó a la cama, acostándose suavemente antes de deslizarse a su lado.
—No tienes que preocuparte, Jefferson.— murmuro, moviéndose en su agarre para estar lo más cerca.—Ya sabes que soy tuya...
—Y el mundo entero lo sabría si tuvieras un anillo...
—¿Qué pasa si ajusto nuestro presupuesto? ¿Guardar menos té para nosotros y vender más? ¿O podríamos comer menos carne y más arroz? Incluso puedo dejar de comer mermelada y tostadas por las mañanas y comer avena en su lugar. La parte de Grace no se toca pero.. —Jefferson sonrió contra la línea del cabello.
