Capítulo 6: Huir siempre fue la mejor opción

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Escondido dentro de unos arbustos, Shang Beijing, también conocido como Avión no pudo evitar maldecir su mala suerte. Entre sus manos se encontraban un par de pergaminos de super mega importancia que tenía que ser entregados en buen estado al pico principal—era una mierda para recordar el nombre de los doce picos, y no se le podía culpar—. Pero eso no tenía mucho que ver en su situación actual.

En realidad se encontraba oculto por... Otras razones para nada favorables para su joven e inocente persona.

Mientras caminaba hacer unos momentos sobre el puente arcoiris, su sexto sentido se puso alerta, su cabello de erizó cual el de un gato, y sus piernas temblaron por el miedo y la adrenalina en su sangre; lo había visto a la distancia. Un hermoso joven, con túnicas verdes se acercara a su posición, a paso elegante pero constante.

A donde él se encontraba, y muy rápidamente...

Shang Beijing hizo lo que toda protagonista de Shojo haría, huir como un cobarde por que la dignidad perdida no se recupera con nada, y digamos que Shang Beijing no quería perder la poca dignidad que le quedaba en su sistema.

Dándose media vuelta, corrió tan rápido como sus pequeñas y cortas piernas de adolescente se lo permitian—maldita desnutrición infantil—. Su cabello se le pego a la cara, mientras largos pelos se metían a su boca, jodido corte de cabello antiguo, se lo cortaría llegando a su casa.

Entre tropezones y resbalones, Shang Beijing pudo dar casi toda la vuelta a Cang Qiong, dejando de lado la adrenalina, su cultivo fue una ventaja sustancial para no morir por tanto ejercicio repentino. Entre jadeos y claras ganas de vomitar, él joven se metió entre unos grandes y densos arbustos. Ocultando todo su cuerpo, y los pergaminos que tenía a la mano, la mejor que pudo.

Con los ojos caídos, tomó un par de largas respiraciones para calmar su alterado corazón, ignorando el hecho de que sus mejillas ardían por la vergüenza y la pena del ser atrapado en medio de su huida; ¿Cómo pudo ser un gran espia él original Shang QingHua?. Porque joder, para Avión-Juju era tan difícil pasar desapercibido de sus hermanos marciales.

O hacia algo tonto, o hacia algo aún más tonto y sin sentido.

Así era la triste vida de Avión, era como un bufón dando vueltas en un mismo lugar, una y otra vez.

Soltando un suave suspiro de frustración, cerró con fuerzas sus ojos en un intentó de calmar los pensamientos pesimista y para nada lindos que resonaban en su cabeza, no le gustaba sentirse de esa manera, no le gustaría tener una recaída aún.

Forzando una sonrisa temblorosa, asomó su cabeza por encima de los arbustos, con hojas en su cabellera, Shang Beijing reviso su entorno; para después mostrar un claro rostro de alivió y tristeza.

Él pensó por un momento que Shen Jiu sería como los protagonistas cool de manga, de esos que persiguia a la protagonista aún bajo la lluvia. En la cabeza de Shang Beijing tenía un poco de sentido, y solo un poco por que... Bueno, digamos que él dudaba ser lo suficientemente bonito para poder llenar el papel de una protagonista Shojo. No era ni lindo, ni romántico.

Joder, era demasiado deprimente.

—Al fin te dignas en salir.

—!!!—con un grito silencioso, Shang Beijing salto de donde se encontraba. El gran arbusto se derrumbó por sus bruscos movimientos, y su cuerpo no pudo evitar rodar hacia atrás.

La situación terminó de una forma sumamente vergonzosa.

Con un Shen Jiu sorprendido, por el acto de susto de Shang Beijing, y con un Shang Beijing en el piso y con un claro chichón en su cabeza. Los únicos que salieron bien parados eran los pergaminos, los cuales no se llegaron a ensuciar o arrugar por las estupideces de avión. Cortesía de él Lord de An Ding, que siempre tenía previsto que sus estudiantes fueran atacados por bestias demoníacas, o por sus mismos hermanos marciales.

Hombre prevenido vale por dos—y era sumamente listo, gracias a su prevención se gastó menos dinero y mano de obra. Un genio—.

—Shen-Shixiong...—Shang Beijing no pudo evitar susurrar el nombre del villano escoria. Muy confundido por su repentina aparición, le había provocado un ataque al corazón—¿Q-Qué le trae por aquí?—no pudo evitar tragar. Sabia que lo había jodido en el momento en el que fue encontrado en su escondite improvisado.

Es solo que no quería morir aún. Era demasiado joven, ah.

—Umm~—por su parte Shen Jiu no pudo evitar curvar sus ojos con clara diversión. ¿Quién diría que su pequeño pretendiente sería tan tímido?—. Estoy aquí para hablar sobre tú cortejo hacia mí persona—fue al grano. El nivel del dote dado hacia él era suficiente para poder vivir bien durante miles de vidas. Cada cosa que recibió podría estar fácilmente cotizado como el total de un palacio imperial, y eso que era un costo sumamente bajo a comparación de los beneficios que podría recibir uno a largo plazo.

Si el emperador se enterara que la flor del rocío y la luna fue bebida como un té, terminaría tosiendo sangre. Era suficiente para salvarlo de la muerte—pero eso será una historia para otro día—.

Por su parte, Shang Beijing no pudo evitar tratar de analizar la situación, o al menos encontrar un poco de sentido a sus propias emociones y dificultades actuales. Ya lo jodio cuando admitió en voz alta que le gustaba él hermoso y sumamente perfecto villano escoria que tenía como hermano marcial mayor. Fue sumamente descarado al dar tantos regalos caros que podían ser tomados como un dote... Cof, era vergonzoso, él mismo lo había escrito y se le había olvidado ese pequeño detalle—junto muchos más—.

—E-Em... Si, sobre eso—jugo con sus dedos, estaba muy nervioso—. C-Cuando me declare, n-no creí que lo tomaría enserió—susurró lo último en pánico y divagaciones suyas.

Cosas de Avión.

Por su parte, Shen Jiu no pudo evitar rodar los ojos con impaciencia. ¿No se suponía que su Shidi era más valiente?... Ahora que lo pensaba. ¿Acaso su Shidi creía que podría ser el marido del matrimonio?.

Él de ojos verdes, analizó de arriba a bajo a su joven hermano marcial, llegando a una conclusión muy acertada. "Su Shidi no tenía los cojones de meterle su pene por el culo", bueno. No importaba, él tomaría la iniciativa entonces.

Con una sonrisa malvada, Shen Jiu se acercó al más pequeño. Inclinándose de forma elegante al lado del castaño, observándolo a los ojos, esos grandes ojos miel que tenía su futura esposa.

—Bien, ya que no tomaras la responsabilidad, lo haré yo

—¿Eh?...

—Quítate la ropa.

—????

-
Extra:

Shen Jiu: Bien, es hora de consumar nuestra relación

Shang Beijing: ?????

Como abejas en panal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora