Capítulo 8: Las cosas van en mal, a peor

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Shen Jiu era una rata astuta.
Él ojiverde era una persona muy desconfiada—cuando de relaciones humanas se trataba—. Muy en lo profundo de su mente, estaba buscando una forma rápida y sencilla para sacar provecho a largo plazo, de su pequeño y lindo Shidi.

¿Era cruel?. En su mente creía que realmente no lo era; a lo largo de su corta "relación" con su pequeño Shidi, Shen Jiu dejó un par de avisos, ocultos entre frases y acciones; de forma sutil él ojiverde dejó en clara sus intenciones.

Otra cosa fuera que Shang QingHua fuera lo suficientemente tonto para no  poderse dar cuenta. En ocasiones el llegaba a olvidar, que las personas no tenían la mínima capacidad de análisis para sobrevivir. Lo cual era una ventaja, usualmente no tenía que explicar nada, después de todo no era su culpa que la gente que lo rodeará, tuviera una inteligencia tan limitada.

En otras palabras, Shen Jiu no podía confiar en su totalidad a Shang Beijing, tenia aún, un par de traumas grabados en su mente y memoria, era demasiado inestable de forma psicológica—no existía ningún tipo de terapia en esta época, para poder tratar con éxito sus traumas del pasado, e inferioridad—.

Él joven cultivador, tenia en claro que él más pequeño no estaba atado a él de ninguna manera. Tal vez emocional...

¿Pero hasta cuando seguiría vigente esos sentimientos?.

Aunque sonaba cobarde, Shen Jiu le tenia miedo al compromiso; no quería estar con alguien que podría traicionar sus sentimientos y corazón. Si aceptó este cortejo era por sus ventajas, y por lo lindo que era su Shidi. Eran esas las únicas razones por las cuales se dispuso a darle una oportunidad al más pequeño.

Pero si lo aceptaba, al menos tenia que tener un seguro. Para poder encadenar a su pequeño Shidi a su lado, sin ser utilizar ningún medio agresivo.

Su plan consistía, en que toda la secta se enterara. ¿Razón para utilizar este plan?, ninguna—pero le gustaba marcar su territorio, como un perro como un hueso—.

Y eso es lo que sucedió. Shen Jiu llevo a cabo su plan. Lo cual nos llevó a la situación actual.

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—U-Ustedes—Liu Kang—él cual sería conocido en un futuro como Liu Qingge—no pudo evitar tartamudear. Estaba tanto confundido como indignado. ¿Cómo se atrevían a mostrar piel en el mismo bosque en el que entrenaba?—. ¡Eso es imposible!, ¡¿Tú eres un hombre  con libertinaje?!—la pequeña belleza aún no podía analizar bien sus palabras.

Él creía en lo que vieron sus ojos en el pasado. Todos sabían que Shen Jiu amaba andar de burdel en burdel... A no ser.

—¡¿Acaso obligaste a Shang-Shixiong a estar contigo?!—con una mano en su espada, él joven observó con ira a su mayor. ¿Cómo se atrevía a manchar la pureza de Shang-Shixiong?—. ¡¿Cómo te atreves?!—grito en busca de respuestas. Listo para arrancar y romper huesos si la respuesta no era satisfactoria.

Por su parte Shen Jiu no pudo evitar sonreír bajo su abanico, mientras cubría con su cuerpo la vista "descarada" de su hermano marcial menor, hacia su futuro compañero de cultivo. Las ventajas de ser alto.

—No se de que hablas, Lui-Shidi—como un gato, Shen Jiu sonrío. Entrecerrando levemente sus ojos verdosos—. Es normal que compañeros de cultivo hagan este tipo de cosas. ¿O acaso tus padres jamás te hablaron del sexo?, después de todo de esta manera te tuvieron.

—¡D-Desvergonzado!—Lui Kang no puso evitar jadear de la indignación. ¿Cómo pudo hablar de esa manera tan mordaz?—. ¡Shang-Shixiong, aléjate de ese libertino!—con su pequeña carita sonrojada por la ira, sacó su espada de su funda. Listo para arrancarle la lengua a su hermano marcial mayor.

—Inténtalo si puedes, no prometo ser suave contigo en esta ocasión—Shen Jiu se burlo. Aceptaba el desafío con mucha  alegría en su ser, y tenía sus motivos.

Desde que Shang Beijing le empezó a traer materiales y plantas para aumentar su cultivo, y reforzar sus meridianos; su propio talento mejoro de forma abismal, era tan fuerte que en ocasiones su propio cuerpo tardaba su tiempo a acostumbrarse a los cambios.

Era una máquina de matar, con mente y cuerpo afilados, listos para la batalla.

Mientras ambos se miraban a los ojos, la tercera rueda—alias avión—no supo como reaccionar. No solo perdió su oportunidad de perder su virginidad, sino que también dejó pendiente sus trabajos y recados por nada.

Simplemente escapo de Shen Jiu para quedar como un gran payaso, solo le faltaba la peluca y el maquillaje—por que payaso ya se sentía—. Él más pequeño estaba resentido, como un hombre cachondo ser dejado colgado antes de iniciar, era un gran insultó para su persona.

Estaba muy molestó. Con su nariz fruncida se agachó para tomar los pergaminos que quedaron tirados en algún punto. Los coloco dentro de sus túnicas, y con una clara cara de "Mi vida es una mierda" se dispuso a alejarse de escena del crimen ante la mirada incrédula y depredadora de sus dos hermanos marciales.

Si se va a marchar, al menos dejaría en claro un par de cosas.

—Escucha Liu-Shidi, al parecer tienes un poco de mierda en tus ojos, te recomiendo que te la limpies antes de hablar estupideces—con una sonrisa, Shang Beijing saco toda su ira acumulada durante más de 50 años—. Es obvio que me estaba dejando tocar, estaba a punto de perder mi virginidad. ¿Sabes cuanto tiempo estuve esperando por esto?. Te lo diré, años; para que después un mocoso que se cree el héroe venga y me interrumpa, dejándome muy cachondo—gruñó—. Así que te recomiendo que vayas a esos malditos burdeles, les preguntes a las mujeres que hace mi Shen Jiu y luego vengas y te disculpes, porque no voy a aceptar que me arruines todo mi esfuerzo para hacer feliz a Shen-Shixiong—con un dedo del medio al aire, le sonrío. Parecía poseído por el demonio—. Así que callate, y déjame en paz.

—. . .

Tanto Shen Jiu, como Liu Kang quedaron con la boca abierta. Ninguno de los dos pensó que este ratón tendría la osadía de levantar la voz.

Solo pudieron ver en silenció como él castaño se alejaba con elegancia, y una sonrisa malvada en su rostro.

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Shang Beijing: /modo diablo cachondo

Shen Jiu: Ese es mi hombre.

Como abejas en panal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora