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Viernes por la noche, Sabrina se preparaba para ir a dormir.
Se duchó como normalmente lo hacía, cepilló sus dientes como todas las noches y se fue a la cama pensando que al día siguiente todo estaría en orden, pero no fue así.
Sabrina Dixon, es la hermana menor de Merle y Daryl Dixon. Perdió contacto con sus hermanos hace años. Merle se fue de la casa y a Sabrina la dejaron en un orfanato, que al poco tiempo, una buena familia la adoptó, pero nunca más supo algo de ellos. Aun que se hayan separado, eso no fue impedimento para que Sabrina los buscara lamentablemente sin tener éxito en ello.
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Sabrina se levantó de su cama, miró por la ventana notando que era un día soleado, emocionada se enderezó y se puso de pie dirigiéndose a la cocina.
Se preparó algo para comer, ya listo su desayuno, se dirigió a su habitación mientras comía su Sándwich.
Era su primer día en su trabajo como Psicóloga, por lo que debía lucir bien, aunque ella siempre lucía bien.
Se sobresaltó al escuchar un grito desgarrador proveniente de la calle, no le dio importancia y continuó comiendo. El grito se volvió a escuchar, enojada, se acercó a su balcón dispuesta a pelear con su vecina por el escándalo. Pero lo que vio, la dejó horrorizada.
Una persona se estaba abalanzando contra su vecina, Sabrina no logró ver bien, pero lo que si vio, fue sangre. Mucha sangre.
Asustada, se adentró a su habitación y cerró las puertas del balcón a sus espaldas.
Se dirigió hacia el teléfono de su departamento y llamó a la policía. Y no, no lo hacía por su vecina, su vecina estaba muerta, eso era un hecho, lo hacía por ella, temía que fuera un ladrón o un asesino, y si tenía que salvar el trasero de alguien, iba a ser el de ella misma.
-¿Hola?- Dijo Sabrina cuando le contestaron el teléfono.
-Hola, 911, dígame su emergencia.- Escuchó la voz de un hombre.
-Escúcheme bien, acaban de matar a mi vecina y se escuchan muchos gritos, les doy mi dirección, por favor hagan algo.-
-Señorita...- El tipo paró de hablar, y se escuchaban gritos del otro lado de la línea, a los segundos el hombre comenzó a gritar fuerte y desesperadamente.
Sabrina rápidamente colgó el teléfono y se dirigió hacia el living, su recorrido fue interrumpido por el estrepitoso sonido de la puerta principal siendo golpeada, los gritos no tardaron en hacerse presentes.
Fue hacia la puerta y la abrió sin dudarlo, encontrándose con una escena desagradable.
En el pasillo del apartamento se encontraba una persona (Si es que se le puede llamar así) llena de heridas y sangre. Esa "cosa" perseguía al Señor Morrison, uno de sus vecinos.
