La trinchera

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"Yo no soy Gay" se lo repetía, cansado y constante, para evitar que el dogma se le escapara y se volviera en su contra. Los hechos estaban ahí, bailando en su memoria cuando menos lo esperaba y revolviéndole las tripas sin miramientos. El cuerpo fino y fibroso de Oikawa rozándo cada parte posterior de su cuerpo, sudor, testosteronas y sexo. No quiere rememorarlo porque se dará cuenta de lo patético que fue que se corriera contra la pared en apenas 2 minutos y medio y encima sin que le tocase. No sería muy hombre reconocer que le gustó que se la metiera Oikawa... Mucho menos que fue la mejor experiencia de su vida... JODER ¿Qué coño me pasa?

Estoy enfermo, seguro, soy un puto depravado sexual.

Quizás era solo eso, era un adolescente experimentando con el sexo, sexo con su mejor amigo pero trastocado por el descubrimiento placentero, esperaba, que más pronto que tarde, su cuerpo volviera a la estabilidad. Una que le permitiera dormir por las noches, que dejara de atormentarle con pesadillas en las que Oikawa le abría las piernas y le penetraba hasta despertar empapado en sudor y semen. Llevaba años estando en la posición dominante, dio por hecho que era la parte guay del asunto.

Su yo del pasado que descubrió el sexo con 15 años podía estar riéndose de él. ¿Cómo pudo pensar que aquello era lo mejor del mundo? ¿Por qué Oikawa no le habló de todo lo que se estaba perdiendo? En realidad... Tampoco es que él fuera una persona atenta o comunicativa, no especialmente. De esa primera experiencia solo recuerda al idiota de Toru diciéndole "Iwa-Chan estás seguro que... es ahí" y él respondiéndole con un seco "SI" basándose en su super experiencia acumulada de una semana entera robando el portátil de su padre y buscando, en una ventana oculta de Google, "dos chicos haciéndolo". Habían salido imágenes, muchísimas imágenes, demasiadas. Todas eran posturas complicadas y entonces intentaba mirarlas con perspectiva, girando la cara si hacía falta, para cerciorarse del sitio exacto en donde un cuerpo entraba en el otro. En como parecía ser "divertido" y en como parecía que a ambos les gustaba muchísimo... La realidad era otra. Fue todo un desastre las primeras veces y cuando la cosa empezó a ir mejor, a Iwaizumi le dio pánico probar algo nuevo. "Demasiadas complicaciones"

Toru tampoco le insistió nunca, habían llegado a una especie de equilibrio tácito y no verbal sobre quién... hacía qué. Era gracioso darse cuenta de cómo era Oikawa el que lo dirigía todo, le susurraba suave "Iwa-Chan métemela así..." Y ya no había ni discusiones, ni insultos, ni peleas, solo gemidos, sudor y peticiones poco pudorosas.

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Oikawa estaba cansado. La cabeza contra la almohada le pesa el doble y le azuza con encadenarle una hora más. Ha actuado de la única forma que sabe, fingiendo. Todo florituras, sonrisas a media hasta, palabras confiadas que dicen obviedades y un cuerpo erguido que parece fuerte pero se derrite en lágrimas silenciosas contra la almohada, como ahora. Le recuerda y se le eriza cada rincón de la piel entumecida que roza contra la sábanas. No es un experto en actuaciones, pero cree que Iwaizumi se podría llevar una maldita estatuilla de oro. "Premio al gay adolescente más reprimido de todo Sendai" Un Oscar por romperle el corazón a tu mejor amigo y el reconocimiento del mundo entero. Sería ese actor que todos ven en la prémieme enlatado en un outfit de hetero perfecto y piensan "Pues no tiene pluma" y años después salta como noticia del Vanity Fair, "Actor de renombre sale del armario sorprendiendo a todos" ¡Y una mierda! Seguro que al "amigo" al que se follaba no le habrá sorprendido en absoluto.

Yo soy ese amigo al que se folla

A mi no me sorprendes

A mi no me engañas

No piensa dejarlo pasar, no esta vez, porque se ha confesado, se ha sacado el corazón del pecho, ensangrentado y aún latiendo y se lo ha ofrecido en bandeja de plata. Claro que así le ha sido más fácil poder atravesárselo con un puñal. Oikawa sabe que exagera, pero así es él, un absoluto drama de persona y es la primera vez que le rechazan. Tiene derecho a montar una pataleta por su primer desengaño amoroso con 17 años, además... No podía ser otra persona... solo él ha tenido el poder de romperle el alma y dejar los pedazos tirados por el suelo del baño.

Dolor (OneShot Iwa-Oi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora