El calambre le devuelve a la realidad de sopetón. Le recorre toda la pierna dejándole sin aliento, de nuevo el dolor le controla y le retuerce su perseverancia haciendo de él un desperdicio. Ahora no es más que un conjunto desordenado de miedos en un chico de 16 años, que piensa que si aprieta mucho los puños y se guarda las lágrimas conseguirá que el dolor desaparezca por arte de magia.La magia nunca llega..
El dolor se extiende por su pierna derecha, desde el gemelo como una corriente que se eleva por su parte posterior de la rodilla, y ahí es donde más le duele. En esa curva los calambres se enraízan clavándose hasta el hueso y entonces se da cuenta.
No puede seguir jugando.
Son solo 5 puntos. CINCO malditos puntos y tiene que aguantar porque en él no existe la opción de rendirse. El no puede perder... ni contra el shiratorizawa ni contra el dolor.
Oikawa Toru solo sabe ganar
Se lleva la mano inconscientemente a la rodilla, rogando lo mejor que puede, aplicando un poco de calor y haber si por favor no me dejes tirado ahora que aún puedo seguir. Levanta la cara al techo, no ve nada, le ciega el ansia y escucha el palmeo que indica que es su momento. Sus compañeros, las gradas... todos los sonidos le rodean y se emborracha un poco de ellos, como una droga que adula su ego y enmudece el dolor. Al menos un poco.
Suena el pitido, ahora tiene 10 segundos para su saque. Dos segundo, agacha la cabeza y deja que resbalen cansadas las gotas de sudor por la comisura de sus ojos sedientos. Unos ojos verdes le clavan la mirada desde el otro lado de la red como una amenaza muda "Eres mío". Y una mierda maldita sea
YO SOY LIBRE
Oikawa lanza el balón y salta lo más alto que puede, se nota el calambre pero ya ha saltado, en el aire no necesita las piernas. Golpea el balón con toda la fuerza de su rabia, directo a él, a aquellos ojos soberbios, directo a Ushijima. "Maldito seas" y cae con todo el peso de su miedo que ahora mismo pesa demasiado para su lesión. Cae pero, directo al suelo, porque aunque a Oikawa le gustaría, el orgullo por sí solo no puede mantenerle de pié. Se levanta arrastrándose, sus compañeros le han visto clavar la rodilla en la tarima pero también le han visto elevarla de nuevo y ahí vuelve él a la pista con el ímpetú de un Rey subiendo a su trono.
Ushijima ha recibido mal, no se lo esperaba, ha sonreído como un padre orgulloso y eso cabrea aún más a Oikawa. Devuelven el balón y colocar se le complica, la pierna apenas le responde y posiciona el balón de rescate a Iwaizumi que salta más por confianza que porque fuera una jugada pensada y clava el balón en la pista contraria. Lo que también clava son sus afilados ojos sobre él colocador, sobre su amigo, sobre la peor persona que conoce, la que más le molesta y a la vez, la que más le quita el sueño. En muchos sentidos.
Le está atravesando con la mirada y Oikawa se gira sin poder aguantar la presión. El mundo puede irse a la mierda pero no si está Iwaizumi en él. Su criptonita, su debilidad y su mayor pecado. Hace un año que no le besa pero, no se ha olvidado de como era enredarse con la legua en su boca ansiosa. Un año, una temporada de voley, un curso escolar y la angustia le han parecido 3 vidas completas. El juego continua aún si él no más que un desastre, una carga. Se lanza a por el balón aún sabiendo que no va a llegar a por él, pero lo hace porque él no sabe rendirse, se tira asumiendo las consecuencias sin conocerlas aún, se tira clavando las rodillas y el pecho en el suelo. El balón rebota en su mano derecha y ahí está su equipo para rescatar la jugada. Joder mi equipo es bueno.
Ha llegado a su final
Se quiere levantar pero su pierna no responde. Y pronto antes de que se pueda dar cuenta está rodeado. Muchas manos le levantan y él quiere gritar que le dejen, lucha contra los agarres e insulta un poco a cualquiera lo suficientemente cerca. Dos brazos le rodean, no le sujetan, son una presa que le deja maniatado y rígido. Le susurran en el oido a 2 centímetros, su cuerpo se bloquea instantáneamente.
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Dolor (OneShot Iwa-Oi)
RomanceOikawa nota el dolor en mitad del partido pero el no sabe rendirse salvo con Iwaizumi... Hace 10 meses que su amigo le besó por última vez. Ambos saben que hay un dolor más profundo que cualquier lesión.