Sólo contigo // Todokiri

•Uno•

Quiero hablarle, pero...— Las saladas lágrimas bajaban por las mejillas del chico hasta caer por su mentón y fundirse con la fría lluvia que caía.— Duele... Tanto...

Levantó su mano hasta posicionarla sobre su pecho y apretar su suéter, justo a la altura de su corazón, esa era la zona que dolía, en la que sentía que había un agujero vacío y oscuro que lo consumía lentamente. ¿Así se sentía el corazón roto? ¿Así se sentía que te mintieran y destrozaran el alma?. Dolía, dolía más que cientos de apuñaladas, porque lo que ardía dentro de su pecho no era una simple mentira, eran tres, tres simples frases que eran puras mentiras y que ilusionaron el débil corazón de aquél chico alegre.

Quien lo viera ahora, sentado en el balcón de su habitación, bajo la lluvia, llorando a mares y con un insoportable dolor en su pecho, no sabría reconocerlo, porque él, Eijiro Kirishima, sería la última persona que estaría así de destrozado, pero... ¿Cómo no estar de esa forma cuando te sientes un completo imbécil por creerle las sucias mentiras a quien considerabas tu persona especial?.

Dolía tanto, sentía que su pecho se hundía y el recuerdo de cada frase le partía cada vez más el corazón. Él no quería recordar esos momentos, pero las imágenes pasaban sin control por su mente y él no podía simplemente ignorarlas, claro que no, porque si se trataba de esa persona tan especial. Eijiro nunca podría ignorar algo como lo que pasó, porque lo amaba, lo amaba tanto que no podía simplemente hacer como si nada pasara, porque miles de veces lo consoló, estuvo para él en todo momento, incluso cuando ese chico no quería que nadie lo viera llorar, Eijiro secó cada una de sus lágrimas con una reconfortante sonrisa y le dijo esa frase que tanto solía decirle, "todo estará bien". Tal vez perdió la cuenta de cuentas veces dijo esa frase, pero siempre funcionó para calmar la tristeza de ese chico que tanto amaba, y eso siempre lo hizo feliz... Hasta ahora, que él es el que está completamente sólo y destrozado y necesita escuchar esa frase más que cualquier otra cosa.

Si Eijiro siempre lo consoló, limpió sus lágrimas y estuvo para él en todo momento ¿por qué lo traicionó de esa forma? ¿Por qué jugó con sus sentimientos? era una pregunta tan simple, pero que sin embargo, no conseguía responderse, por esa razón también dolía tanto, tanto que sus lágrimas habían estado cayendo por veinte minutos y aún no cesaban, y tampoco parecía que lo fueran a hacer.

— Joder, quiero decirle todo lo que siento pero... Pero...— Sus palabras se ahogaban con el dolor de su pecho, pero quería decirlo, aunque nadie lo escuchara, quería hacerlo.— Siento que si le veo la cara una maldita vez más yo... ¡Le sacaré cada puto diente de esa asquerosa y hermosa sonrisa de mierda que tiene!.— Exclamó con la voz rota.

Trató de tragar saliva, pero con el nudo en su garganta parecia imposible, apenas y podían pasar las palabras por allí. Eijiro sentía tantas ganas de gritar, pero si apenas y podía hablar sin ahogarse en su propio dolor ¿cómo podría gritar?. Lo único que podía hacer, era tratar de aguantar ese incesante dolor en su pecho mientras maldecía al mundo completo.

Le hubiera gustado insultar al chico que tanto dolor le provocaba, pero no podía, hasta le dolía el sólo pensar en golpearlo, porque compartieron momentos tan hermosos que sabía que con sólo el filo de las palabras, podría quebrantar todos esos hermosos recuerdos que ahora sólo se convertían en mentiras.

Tenía tantas cosas para decirle en ese momento, tantos insultos para soltar en su cara, pero aunque lo tuviera en frente, no podría contenerse las lágrimas y llorar hasta ahogarse en su propio llanto antes de formular siquiera una mísera palabra.

"No saldría con nadie, no estoy bien mentalmente para eso"

"No me gusta nadie"

"Es sólo mi mejor amigo"