Sólo contigo // Todokiri

•Cinco•

Y así es como había llegado a ese punto. Sentado en el balcón de su cuarto, con la lluvia empapando su ropa y las gotas fundiéndose con sus lágrimas, llorando por alguien que sus amigos le dijeron miles de veces que no valía la pena, pero aún así, dolía. Dolía como el jodido infierno sentir ese vacío imposible de llenar en su pecho.

Habían pasado unos pocos días desde lo ocurrido en su habitación y desde el día que se enteró de toda la verdad. Todo ese tiempo Eijiro estuvo encerrado en su habitación, llorando sin querer salir a ningún lado. Sólo Bakugo entraba y a veces oía al resto de sus amigos hablarle desde el otro lado de la puerta, tratando de animarlo o que saliera de allí para no deprimirse, pero Eijiro se negaba, aun era muy pronto para tratar de sanar la herida.

Con el paso de algunas semanas y muchas insistencias por partes de Aizawa, Eijiro volvió a asistir a clases, pues si no lo hacía, sería expulsado. Fueron duros esos primeros días, ver esos ojos heterocromáticos otra vez y pensar en cada mentira, sólo lo destrozaba más. Aún así, nunca cruzaron una sola palabra. Kirishima no se acercó para hablar con Todoroki y Todoroki no se acercó para hablar con Kirishima. El pelirrojo sólo terminó por asumir que Shoto sabía lo que pasó y por eso no se acercaba a él, pero aún así, odiaba esas miradas de lástima que llegaba a notar hacia él.

No lo iba a negar, quería golpearlo e incluso llegó a sentir cierto odio por el chico.

Un mes pasó no tan rápido como le hubiera gustado a cualquiera. Kirishima había terminado por mejorarse por su corazón roto. Aún dolía, no podía negarlo, sobre todo al ver a Todoroki y Midoriya juntos, riendo y olvidándose de todo a su alrededor, pero no podía hacer nada, sólo ignorarlo hasta que dejara de doler.

- Chicos, me aburrí de esta maratón de películas.- Dijo la chica pelirosa recostándose sobre el regazo de Eijiro.

- Bueno, llevamos aquí sentados viendo películas desde hace diez horas, deberíamos parar.- Sugirió Denki poniéndose de pie para estirarse. Su camiseta se levantó un poco al estirar sus brazos sobre su cabeza, dejando ver parte de su abdomen.

- No calientes la comida si no te la vas a comer, Kamibro.- Bromeó Eijiro sin despegar su mirada del formado abdomen del rubio.

- Cállate idiota, iré por algo de tomar.- Una pequeña risa salió por parte de Eijiro mientras Denki se dirigía a la cocina.

- Me alegra ver que estás siendo el de siempre otra vez.- Dijo la chica mirando el rostro del pelirrojo desde su regazo.

- Si, supongo... aunque...- Kirishima no pudo terminar la frase, sólo apartó la mirada tratando de no sacar ese tema otra vez.

- ¿aún duele?.- A Eijiro a veces le sorprendía lo bien que Mina llegaba a leerlo.

- Si...- Suspiró tirando su cabeza hacia atrás en el respaldar del sofá. Al ver hacia atrás, pudo identificar al mismo rey de Roma, ese chico bicolor que habían mencionado indirectamente. Eijiro lo siguió con su mirada hasta que atravesó la puerta principal hacia afuera.

- Vaya, el universo da señales.- Dijo Mina. Eijiro no pudo darse ni cuenta de cuando se había levantado para ver hacia donde él estaba viendo.- Creo que para superarlo deberías hablar con él.- Una mano cayó directo en su hombro.- Así cierras esa etapa.- El pelirrojo volteó hacia la chica, viendo esa pequeña sonrisa.

- No lo sé... no creo estar listo...- Murmuró apartando la mirada.

- Vamos, así ya dejas ese tema, te hará bien, créeme.- Eijiro lo pensó un poco y odiaba como Mina sabía que palabras decir exactamente para convencerlo.

Sin decir algo más al respecto, suspiró y se levantó del sofá, haciendo que Mina sonriera ampliamente. Eijiro se dirigió hacia la puerta, mientras que justo un chico cenizo llegaba, viendo como Eijiro se iba en dirección a la puerta principal. Bakugo hubiera preguntado algo, pero al ver a Todoroki a través de la ventana y la sonrisa orgullosa de la pelirosa, lo entendió todo y sólo se quedó allí parado, viendo a su amigo dirigirse a la salida del edificio.