Los Signos Del Zodiaco: El Sol #PGP2024

Capitulo 3: El Valhalla

"Me verás volar, por la ciudad de la furia
Donde nadie sabe de mí, y yo soy parte de todos"

Soda Stereo-1988

  —Cuando abre los ojos está en dirección al sol, recostado sobre el suelo de mármol de un color beige, casi descolorido por el tiempo. Con un gran esfuerzo mueve sus cabezas hacia un lado y recién ahí, puede percibir las grandes columnas que concluyen frisos con metopas y triglifos deteriorados o mejor dicho, destruidos en pedazos.

—Esto es genial —dice Liam luego de ver esas grandes columnas.

—Concuerdo. Ahora, levántate hermano. —Holden extiende su mano al notar que apenas pueden mover sus cabezas.

—Muchas gracias —Recibe la ayuda y se levanta de un salto.

«Creo que casi me saca un brazo»

—Creo que estamos en Grecia, aunque no recuerdo muy bien cómo se llamaba el lugar con las columnas... —Elena no encuentra su fuerte en la cultura general.

—Es el Partenón, principal templo de la Acrópolis de Atenas —adhieren las gemelas, con sus voces al unísono.

—Lo tenía en la punta de la lengua. —Antes de que Elena siga con su actitud altanera, es interrumpida por una explosión de estrellas que anochecen el cielo de un segundo a otro—. ¿Qué sucede?

El suceso astrológico no es lo único que sorprendió. En un abrir y cerrar de ojos, el templo Griego cambia abruptamente. Las columnas corroídas por la guerra se restauran, cada una de las cuarenta y seis, culminan en un firme techo rojizo. Finalmente, en el interior del hermoso Partenón hay una estatua de la diosa Atenea.

—¿Qué fue lo que sucedió aquí? —pregunta Liam confundido.

—Pues como explicó Hermes hace algunos momentos, estoy seguro de que ahora estamos en el mundo espiritual, y por eso lo vemos de diferente forma —dice Tristán, mientras resguarda sus palabras en una confianza indubitable.

—Muy bien Virgo, veo que la genética de tu planeta sigue latente en ti. —Una voz familiar resuena en todo el templo.

—¿Eres tú, Hermes? —Aquiles, quien no había dicho mucho desde que llegaron, pregunta con un voseo particular de su país.

—Es normal que me escuchen como Hermes, después de todo, él se disfrazó de una réplica de su ser más amado y los dioses hacemos eso cuando venimos a la tierra. — Con un estruendo suave, la estatua se rompe en dos mitades. Pero en lugar de fragmentarse en escombros, de entre las grietas surge una luz deslumbrante que llena toda la sala.

—¿Atenea? —Holden está casi tan asombrado comotodos los presentes, pero su cara, irradia tranquilidad.

—Sí y no. Es curioso que los humanos tomen nuestra existencia de una forma tan vaga e insubstancial, a pesar de que las religiones tienen sus reinterpretaciones sobre nuestro ser, somos mucho más que un dios griego.

—Hermes nos trajo frente a ti... No necesitamos, exigimos respuestas. —Helena todo el tiempo presenta una verborrea insufrible, pero en ese exacto momento, se convirtió en alguien que no titubea, ni siquiera delante de los dioses.

—Tendrán respuestas, uno de ustedes se presentará ante mí y hablará por todo el grupo, como un líder —anuncia la presencia.

—Soy el que está más preparado para una conversación y el único que hizo preguntas coherentes en el pasado. —Tristán camina altanero hacia la deidad.