Capitulo 6: La finca de los dioses.

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  "Porque Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio." - 2 Timoteo 1:7

Holden odiaba su vida, solo en algunas ocasiones. Era un deportista vanagloriado por sus grandes aptitudes físicas; Por desgracia, su gran presencia corpulenta no lo libraba de traumas, ni mucho menos. A los 14 años, su padre quedó preso y tuvo la desazón mental de mudarse con su tío, un perturbador hombre rico de 34, con una notable obsesión por ser la sombra debajo de sus sabanas bosquejadas por figuras animadas.

Cada noche se repetía la misma historia de terror, donde las densas sombras abrazaban de forma indebida la cintura de Holden.

Los recuerdos inundan al chico, mientras el proyectil demoníaco parece hacerse tardío. Estas memorias dotan a Holden de un vigor y fortaleza tal, que con el simple endurecimiento de sus músculos genera una onda expansiva que aleja cualquier ser u objeto. Cuando el polvo del momento comienza a dispersarse, una luz amarilla ilumina todo el bosque, alumbrado que proviene de un símbolo dibujado en la frente de Holden: un toro majestuoso en posición de carga o embestida con trazos de un amarillo fulgurante.

El demonio desciñe a Helena de sus tentáculos, moviéndolos circularmente hasta dejar caer en el suelo estos apéndices. Su cabeza, como una cáscara de huevo, comienza a destruirse en cientos de pedazos, y brota, de su oscuro interior, una boca gigante con miles de dientes punzantes, que se extienden como gruesas agujas color marfil. El demonio, luego de revelar esa tenebrosa versión, se impulsó con un gemido infernal, y todo su ser hacía el chico rubio.

—No quiero sentir miedo jamás... —Holden apreta su puño con ira, dejando ver miles de venas doradas que circulan su brazo

—. Nunca más. —El puñetazo conecta con el demonio, y una

explosión de energía se desata. Una poderosa onda de choque irradia desde el punto de impacto, expandiéndose con rapidez en todas direcciones. Los árboles a su alrededor se arrancan de raíz y vuelan por los aires, mientras la tierra tiembla bajo el impacto.

El demonio emite un aullido de dolor y furia al mismo tiempo que el puño lo atraviesa. Su forma oscura y corpórea comienza poco a poco a desvanecerse, como si su esencia fuera consumida; una lluvia de chispas negras rodea su cuerpo en desaparición, y desemboca en una explosión.

Liam se encuentra bastante desorientado en ese bosque de origen ignoto, mientras con lentitud el día se ensombrece y las estrellas se derraman sobre el cielo nocturno.

—Como puede ser que no los encontremos por ningún lugar—reclama enojado—. Nunca debimos separarnos en grupo.

—¿No escuchan eso? —dice Tristán. Ignorando al chico, acentúa sobre un sonido cercano a ellos.

De forma inopinada, una oleada de rocas y polvo asedian a los semidioses, como una pared con kilómetros de longitud que los persigue.

—Eso es malo. —Liam toma las manos de sus compañeros para escapar ahí.

El desastre natural los alcanza, y solo les queda ver como esa avalancha los devora. Pero algo sorpresivo ocurre.

¿Qué acaba de suceder? Creí que íbamos a morir —dice Sophie, una de las gemelas—. Está todo destruido, pero nosotros seguimos sin ningún rasguño.

—Los acabo de salvar. —Detrás aparece un medio dormido Aquiles, con sus manos extendidas hacia el cielo—. Pienso que puedo crear campos de fuerza, es un buen poder para este preciso momento.

—Acabas de salvarnos la vida... —Liam corre, y da un abrazo a su compañero—. Eres fantástico.

"Oh, mierda, nunca tuve a un chico tan cerca", pensó Aquiles.

Los Signos Del Zodiaco: El Sol #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora