Loto Púrpura de Gusu (XiCheng)

Dia 4 - hechizo/maldición- horóscopo - amor prohibido (parte 2/2)

He decidido hacerlo en dos partes porque era extremadamente largo.

Hoy de tarde lo subí completo como solo una parte, pero ahora decidí dividirlo en dos, así que, si te llegó la notificación de la nueva actualización, y ya leíste el capítulo completo hoy, no hace falta que leas esta parte... Porque ya lo has hecho 😉. Si llegas recién y el capítulo ya estaba dividido... Bienvenido y continua la lectura!!

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Jiang Cheng se culpaba. Wei Ying también lo hacía, pero trataba de ser fuerte por su pareja. WangJi estaba destrozado. Durante dos días no quiso salir de la habitación ni ver a nadie, ni siquiera al amor de su vida. El tercer día, con aspecto andrajoso, ojeras, ojos hinchados, el cabello revuelto. Salió de la habitación y fue a buscar un vaso de agua a la cocina. Su andar era pesado, pausado, como si llevará una carga de mil kilos en su espalda. Lan Zhan tomó un vaso, lo llenó de agua y se quedó apoyado en la encimera, mirando a la nada. Wei Ying, que lo observaba desde la puerta, no se encontraba en mejor condición. Se acercó a su pareja y lo abrazó desde atrás, rodeando la cintura con sus brazos y apoyando la mejilla en su espalda.

Lan Zhan no me alejes. No ahora. Por favor — suplicó sollozando — lo siento, se que es mi culpa por permitir que se involucrara… — WangJi apoyo una se sus manos en las manos de Wei Ying y la apretó suavemente
— No fue tu culpa, nadie más que ese asesino tiene la culpa de lo que pasó. — se giró y abrazó a su novio — perdón por alejarte, por dejarte solo — beso la frente y arrugó la nariz — creo que ambos necesitamos un baño. Lo tomó de la mano y lo llevó escaleras arriba.
Dos horas después caminaban apresurados por los pasillos del hospital.

Lan Xichen había recibido un disparo en el abdomen, la bala atravesó el duodeno, el riñón y el hígado. Cuando la ambulancia llegó al lugar del hecho, ya había perdido mucha sangre y estaba entrando en un shock hipovolémico. Los paramédicos realizaron los primeros auxilios y apresuradamente lo trasladaron al hospital más cercano, pero en la ambulancia los signos vitales bajaron, el cuerpo convulsionó y sufrió un paro cardíaco. Le hicieron maniobras de resucitación. Cuando llegó al hospital continuaba sin signos vitales. 5 minutos después hubo respuesta positiva. Corriendo, lo metieron a quirófano. Tuvieron que transfundirle sangre, extirpar el riñón, seccionar un lóbulo del hígado y reparar el duodeno, además de suturar una arteria que había sido dañada levemente. Horas después, cuando salió de cirugía, aún no había garantías de que sobreviviría.
Lo llevaron a una habitación estéril, donde no se permitían visitas. Los médicos aseguraron que hicieron todo lo posible, ahora solo dependía del paciente. También explicaron que, de sobrevivir, no sabrían decir si quedaría alguna secuela por la falta de irrigación de sangre y oxígeno al cerebro. Lan Xichen estuvo muerto por 8 minutos.

Cuando Lan Zhan y Wei Ying llegaron, vieron que Jiang Cheng ya estaba allí, sentado en el pasillo. Su aspecto no era el mejor, pero al menos, desde que el asesino de su pareja estaba en la cárcel, se le notaba un poco más vivo.

— A-Cheng ¿Que haces aquí? — Wei ying estaba asombrado
— pedí que me avisarán cuando hubiera cambios — se puso de pie para saludar a su hermano y cuñado — se pusieron en contacto conmigo apenas lo sacaron de la sala estéril. ¿WangJi cómo estás?
— Estoy bien, mucho mejor ahora que puedo ver a mi hermano. — Jiang Cheng asintió y le dió una palmada en el brazo. — ¿tú cómo estás?
—aceptando que Huaisang no volverá—sus ojos eran tristes — Él no querría verme así, él era luz, vitalidad y elegancia, si estuviera aquí y me viera me daría un golpe con su abanico y me diría que este pantalón no combina con la sudadera, que deje de llorar porque los ojos irritados y las ojeras no son bonitas, que deje de lamentarme que no va con mi personalidad el tenerme lastima. Y que lo recuerde con ese amor que nos teníamos, pero que siga adelante. Así que, estoy tratando de hacer eso— pero aunque intentó evitarlo, las lágrimas brotaron igual de sus ojos y las limpio con una sonrisa triste — no es fácil, pero lo voy a lograr.
— Eso está bien A-Cheng, Nie-Xiong quería que, ante todo, seas feliz. Aún es pronto pero un día, volverás a serlo. — Wei Ying lo abrazó.