Oscuridad, así se describiría el despertar de Kayn, a pesar de haber abierto los ojos hace un buen rato no lograba divisar nada a su alrededor. Solo ese ruido metalico que resonaba con eco en el lugar al mover su pie derecho.
El frío de ese lugar le hizo saber que era un prisionero, debía salir de ahí y pronto. Divagando entre varias ideas para escapar el ruido de la puerta siendo abierta lo puso en alerta.
-Vaya...- Habló la gran silueta de un soldado-...eres un flacucho después de todo -
El mismo soltó el arma, que cargaba sobre su hombro, al suelo con brutalidad a lo que Kayn se sobresaltó robandole una sonrrisa burlona al noxiano.
- Pareces un niño - Continuó acercandosele para observarlo mejor - ¿Cuál es tu edad? - Preguntó acariciando uno de los mechones del cabello ajeno.
Kayn se mantuvo en silencio, con su ceño fruncido, una mirada bestial y fría, característica de los noxianos. En ningun momento Kayn se atrevió a responder las preguntas del general noxiano acabando con su paciencia haciebdo que se marche no sin antes propinarle una paliza al joven.
Su cabeza zumbaba y su nariz sangraba, cosquilleaba, le dolía. No solo los golpes, su pecho se estrujaba y salían lagrimas a borbotones de sus ojos. Se odiaba por haber confiado en Talon, se odiaba por no haber sido un poquito más inteligente, se odiaba por mirarlo aquella noche en el lago, se odiaba porque a pesar de todo ese tiempo que pasó él...aún lo recordaba con cariño.
Los sollozos inundaron el pequeño lugar donde se encontraba cautivo, aunque no por mucho.
Por otro lado, en aquel lugar sombrío, algunos se preparaban para salir en busca de uno de sus compañeros.
- Vamos, vamos! Apresurense! - Se oía la imponente voz de Zed que en su caballo ya esperaba a todos para embarcar rumbo a Noxus.
- Maestro! - Uno de los acólitos llamó - ¿No está haciendo demasiado por él? -
El joven discipulo no recibió más respuesta que un gruñido.
Un día parecía durarle años a Kayn, sus heridas no eran tan lindas de ver, pero casí era el día en el que había planeado escapar. Cada día desde su llegada al calabozo, exactamente a las 4 de la tarde casi cuando se ponia el sol, el mismo general del hacha lo iba a visitar, más de una vez se quiso propasar con él y al no permitirle este solo lo golpeaba y se marchaba.
Tal como lo predijo el general Darius apareció en su celda, al menos así mencionó que se hacia llamar, tras un par de preguntas Kayn comenzó su plan. Dió insinuaciones e indirectas de estar interesado en aquel noxiano, le mandaba sonrisas juguetonas y jugaba con sus largos mechones de cabello.
- ¿Acaso eres una perra en celo?- Preguntó Darius al notar el extraño comportamiento del prisionero Kayn.
- Es muy grosero ¿Sabía usted general?- Finjió un puchero con sus labios, logrando divisar una sonrisa arrogante por parte de Darius.
- Parece que ya entraste en razón - Dijo tomando el rostro de Kayn con rudeza - Me recuerdas mucho a alguien muchacho...-
Kayn rodó los ojos ya cansado y rápidamente besó al noxiano, aunque por dentro se sentía asqueado y temeroso. La respiración de Darius se agitó, tomaba a Kayn por la cintura, podía percibirse desesperado por tomarlo.
Y, ahí el ruido sordo de un golpe hizo que el general cayera inconsiente al suelo.
- ¿Porqué tardaste tanto? - Se quejó el azabache.
- Y todavía te quejas...- Respondió Talon algo molesto.
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Doble Filo Talon x Kayn PAUSADA
Fanfiction"¿Acaso ya no me recuerdas, Nicks?" Tras haber robado el arma Kayn es perseguido por Talon y Katarina. Kayn en una orden de Zed tendrá que poner a Talon de su lado con el "poder del amor". Por su parte Talon intentara enamorar a Kayn para llevarlo c...