Holi, holi. Nuevo capítulo con Tony Stark en el. Juró que lo amo con mi vida. Hice algunas modificaciones a la historia. Vayan a leer las Nota o si quieren vuelvan a leer todo. Por mí no hay problema. Si encuentran algún error de ortografía o redacción díganme para corregirlo. Escuchen "Someone you loved", Nykoll me la recomendo para este cap. Lxs amo 3000.
Por cierto, Morgan es muy inteligente y como la pronunciación de mi sobrino a su edad era muy buena, decidí que no modificaré el cómo habla la pobre niña. Además se me hace una falta de respeto que algunos creen que las pequeñas personitas deben sonar de cierta manera. (En este caso leerse)
A Tony no le parecía buena idea que te mudaras sola a Chicago, no después de rescatarte de tu muerte un par de meses atrás. Así que tuviste que rogarle para que te dejara ir. Pepper intercedió por ti, con la condición de que acudirías con una psicóloga, hasta que la misma te diera de alta.
Meneaste a Morgan por el living del loft que pudiste comprar con tus ahorros y la parte de dinero que Steve te pagó por la casa que ambos adquirieron al casarse. Te gustaba la vista a la ciudad, además de que quedaba a unos cuantos minutos a pie de tu nuevo trabajo.
Tony aseguro las ventanas antes de unirse a su esposa en el sofá principal. Suspiró con pesadez.
—¿Segura que quieres vivir en Chicago? —preguntó con una mueca de desagrado —podrías ir a los Ángeles, tienes la casa que te heredo tu madre.
—Me gusta aquí, además quiero un nuevo comienzo y Felicity me lo otorgará. Nadie sabrá que estoy aquí, mucho menos él —la bebé sonrió para ti —en definitiva te voy a extrañar demasiado, pequeña.
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—Entonces ven a casa, Morgan te ama al igual que nosotros —Tony se puso de pie a pesar de que su esposa se lo impedía —por favor, ______ aún puedes renunciar. Pepper dijo que hiciste un estupendo trabajo encargándote de Stark Industries estos meses que estuvo de baja por maternidad. Puedes ser directiva y yo voy a construirte una casa en el lugar que quieras.
—Anthony —la mujer de cabellos color zanahoria se incorporo —solo estamos a dos horas de distancia y hablaremos por teléfono todos los días.
—Ella odia hacer eso —apretaste los labios al notar la desesperación que emanaba el pelinegro —sé que decimos que llamaremos todos los días y viajaremos los fines de semana para ver al otro, pero eso es mentira Pep. Los años pasarán y eventualmente dejaremos de hacerlo. Yo solo no quiero.
