~𝙼𝚢 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊~ (𝚉𝚎𝚕𝚒𝚘𝚍𝚊𝚜)

~26~

-ya es demasiado tarde -comenta la chica saliendo del edificio cargando a su hija- perdí la noción del tiempo, Merlin y Escanor ya deben de estar durmiendo

-a si quieres puedes quedarte conmigo bueno no conmigo bueno si pero en mi casa, a tu entiendes

-si, gracias

-entonces vamos

-si

Se marcharon hasta llegar a la mansión del azabache y al llegar Meliodas buscaba a alguien con la mirada

-la señora Han salió hoy fue su día de descanso mañana por la mañana ya estará aqui

-como sabias que

-es a la única persona que te gustaría ver de esta casa

-oye no

-el azabache ríe y empieza a subir las escaleras- ven se quedaran en mi habitación

-gracias -lo sigue-

-bien -se dirige al closet- no creo tener algo que te quede pero puedes usar esto -saca una pijama- es lo más pequeño que tengo

-perdón por causar molestias

-no es molestia, no te preocupes-toma su ropa para dormir y sale de la habitación-

-llevó mucho sin estar en este lugar -empieza a cambiar a la bebé con una medida de ropa que llevaba es la pañalera- el último recuerdo que tengo de esta habitación no es apto para una niña -le toca la puntita de la nariz y empieza a vestirse-

Por otro lado el azabache estaba en la planta baja de la gran casa estaba sentado en el sofá observando un collar el cual había guardado desde hace ya un tiempo siguió observandolo hasta que escucho la voz de Meliodas

-tu donde dormiras? -pregunto bajando las escaleras

-en el sofá

-desde cuando el dueño de una mansión hijo de un ente multimillonario duerme en un sofá?

-no es tan malo dormir aquí además todos somos lo mismo no? Sin importar nuestro rango social el único problema es el ego de las personas

-tu perdiste el tuyo

-aprendí que si seguía actuando de la misma manera que antes perdería todo y no me refiero al dinero o a lo material, quieres café?

-si, me alegra que lograrás entender eso

-a todo esto y Melisa?

-se quedó dormida, utilice almohadas para hacerle una barrera por cualquier cosa 

-bien- se dirige a la cocina y pone a funcionar la cafetera- por cierto tengo algo que te pertenece

-no creo, no tenía nada cuando llegue aquí

-¿de verdad? Bueno, supongo que me quedaré con esto- extiende su mano y deja caer el collar que le habían regalado a Meliodas sosteniendo lo de un lado para que ni cayera al suelo

-como lo conseguiste

-quizá le haya robado esto de su joyero a alguien, pero no hay porque contar todos los detalles

-creí que tú también habías pensado que lo robe

-culpar a alguien sin tener evidencias no es correcto, pero como dijiste que no hay nada tuyo aquí

-me estás chantajeando

-talvez -ríe y va detrás de elaborar chica para colocarle el collar- listo

-gracias por todo pero tengo una pregunta

-dime

-¿por qué haces esto porque ayudas a alguien como yo? ¿Lo haces porque tu hija también tiene mi sangre?

-lo hago porque quiero enmendar mi error, verás después de que te fuiste me di cuenta de muchas cosas, una de ellas es que siempre creí tener la razón en todo, creía que las personas harían lo que yo quisiera, que si alguien me pedía perdón desesperadamente debía perdonar su error a pesar de todo, creía que podía vivir sin la persona a la cual me habían predestinado -la ve-

-¿no fue así?

-casi muero tú que crees

-no es por ser mala persona pero te lo merecías

-lo sé y lo acepto, cuando me entere de que la bebé era mía me sentí feliz aún sigo sin entender el porqué, pero en ese momento me dije a mi mismo que debería intentar alguna forma de ganarme tu perdón porque quería estar con ustedes protegerlos sin importar que

-Zeldris..

-¿si? -la cafetera emite un sonido indicando que el café ya está- voy a servirlo ya regreso -el azabache se dirigió a la cocina sin percatarse que Meliodas lo siguió y al momento de sacar las tasas alguien lo abrazo por detrás

-debí haberte dicho todo mucho antes, pero yo tenía miedo de que quisieras arrebatarme a Melisa o que quisieras que desapareciera porque no querías algún tipo de compromiso

-por más malvado que me vea no sería capaz de hacer algo así

-no eres malo bueno si lo llegue a pensar, pero no creo que lo seas ahora

-jajaja -se da la vuelta y se agacha un poco- entonces como no me consideras malo, si hago esto te enfadarías conmigo

-hacer qu- siente como el azabache justa sus labios con los propios y se sonroja, pero al instante corresponde colocando ambos brazos alrededor del cuello de Zeldris

Ambos siguieron en el beso, pero se separan luego de unos segundos más

-yo me llevaré mi café a la habitación-dice Meliodas viendo hacia otro lado sirviéndose el café rápidamente-
por cierto no me gusta tu cama es muy grande y no ocupamos mucho espacio por si quieres quedarte ahí para reducir espacio -se empieza a ir mientras zeldris la ve con una sonrisa en su rostro-

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