Viaje

21 3 11
                                    

-¿Lo tienes todo?

-Sí.

-¿Seguro? No me gustaría llegar allí y no poder pagarlo.

-Que si, relájate.

-¿Seguro?-Eldor miró torcido a Iset- vale, me fio.

Los chicos se colgaron las mochilas y salieron por la puerta de la casa.

Caminaron por el pueblo y pusieron sus pies sobre una alcantarilla diciendo "Móvenus" La alcantarilla se abrió hacia un lado y, a diferencia de otras, les provocó una sensación vertiginosa, hasta dejarles en una especie de callejón. Pero en vez de dirigirse hacia la calle que había a su derecha, fueron hacia la pared y la atravesaron, apareciendo en una calle con coches pasando de un lado a otro.

-Podíamos haber ido por Urloky- protestó Eldor- ¿ahora dónde se supone que debemos ir?

Iset miró el teléfono.

-Quedamos en que lo haríamos al modo más humano posible y como tal, el teléfono me ha dicho por aquí, así como que estamos a nueve kilómetros del criadero.

-Maldito trasto- gruñó Eldor- ¿Y cómo pretende que vallamos sin vehículo? No podemos teletransportarnos.

-La parada de taxis está poco más allá de la plaza- informó Iset- podemos coger uno.

-Eso no es mala idea- dijo Eldor empezando a caminar.

-¡Es por el otro lado!- le gritó Iset cuando se hubo alejado un cacho.

Efectivamente, se dirigieron a la plaza y poco después de pasarla una larga fila de taxis se dejó ver. Se acercaron al primero.

-Bueno días, ¿podría....?

-Largo de aquí chavales, sin ser mayores de edad ni ir con un adulto no llevo críos que me conozco lo que pasa- y cerró la ventanilla.

-Que borde- le dijo Iset a Eldor mentalmente.

-Y que lo digas.

Se acercaron al siguiente.

-Buenos días, ¿Podría llevarnos al bosque del oro?

-Uff, lo siento, en unos minutos tengo que recoger a una persona en la otra punta de la ciudad y no me da tiempo. La verdad es que hoy estamos todos muy ajetreados... Pero quizás el nuevo pueda llevaros, esperad un segundo- salió del vehículo y se acercó a uno aparcado unos metros más allá.

Habló con el conductor y les hizo unos gestos para que se acercaran.

-Él os llevará.

-Muchas gracias señor.

Se subieron al coche.

-Al hogar de los ricos, allá vamos- dijo saliendo a toda velocidad-¿Sabéis? creo que se está dando una fiesta genial allí, que pena no poder ir. Pero tengo que recoger a un grupo, así que quizás vea algo.

El conductor tenía el pelo castaño oscuro y unos veinte años. Conducía como un loco entre el tráfico y más de una vez pensaron que se estrellaban. Les miró por el espejo con sus ojos ceniza.

-¿Os importa que ponga música?

Los chicos negaron, más preocupados por aferrarse a los asientos y rezar a Liwat para no estrellarse.

Entonces, una canción empezó a sonar y al poco  el conductor se puso a cantar y seguir el ritmo en el volante:

- So, don't stop me now! (Don't stop me) Cause I'm having a good time, having a good time... Sí, esto es buena música y no eso que escucháis los jóvenes de hoy en día.

Los chicos asintieron a la vez que abrían un poco las ventanas para que les diera el aire y no marearse.

Unos minutos más tarde, derrapaban delante de tres personas. La primera  chica, tenía el pelo castaño claro, al igual que sus ojos. La segunda, por su parte, tenía el pelo rubio y los ojos verdes.  Entre ellas había un hombre más gordito, con pinta de tener dinero y que parecía estar ausente. La mujer castaña, al ver a los hermanos en el  taxi, estrechó al hombre contra ella y forzó una sonrisa, mientras la otra miraba con nerviosismo al conductor y después a su amiga.

Los hermanos, sin percatarse le preguntaron al taxista:

-¿Cuánto le debemos?

-Nada, nada. De igual manera tenía que recoger a este encantador trio- dijo el joven sonriendo a la mujer castaña que le echó una mirada asesina.

-Bueno, si usted lo dice...

-Claro que sí, aprovechad el dinero para compraros algo chulo.

-Muchas gracias.

Salieron y las mujeres se apartaron arrastrando al hombre con ellas. Este, miró a los chicos y pareció querer decir algo, pero tras que se distinguiera algo así como "ayd seqstr" la mujer rubia le atrajo hacia sí dándole un beso y metiéndole en la parte de atrás del taxi, mientras que la castaña  entraba adelante y decía:

-¡A la calle mayor!

Entonces los hermanos se alejaron un poco del vehículo, ambos pálidos y escucharon a la misma mujer que había dado la dirección decir, sin saber que las ventanas de atrás seguían abiertas:

- ¿¡Estás tonto o que Ethan!?  Acabas de poner en peligro toda la misión.

Este no le hizo caso, se estaba riendo mientras afirmaba entre carcajadas:

-¡Así se besa mi rubia!- y siguió riendo.

-Basta de coña y arranca o te juro que te pongo en  bandeja a Death para que te despelleje- dijo esta con una voz poco femenina.

-Pero ¿Qué ha pasado esta vez que pones cara de asco Kayle?  Si ya has besado antes a chicos más feos que este- dijo la otra mujer, sin dejar de mirar mal a Ethan.

-Si klau, pero...¡Esos no sabían a ajo, alcohol y humo todo junto!

El coche se empezó a alejar de ellos con la canción "I want to ride my bicicle" cada vez más alta y la risa de Ethan resonando en el aire.

-El hombre estaba atado ¿Verdad? No me lo imaginé- dijo Iset mirando hacia atrás.

-Eso creo. Aunque también podía ser su reloj...

-¿Deberíamos llamar a alguien?

-Mejor no... No sé cómo me da que es mejor no meterse.

-Pero...

-Iset, los  asuntos humanos para los humanos. A demás, ellos no me inspiraban desconfianza, pero ese hombre tenía algo... malo. Quizás sea mejor así, sea lo que sea que le vallan a hacer.

Iset miró a su hermano como si fuera la primera vez. Había algo en él que no le cuadraba. Algo mucho más profundo. Algo que le hacía más serio.

Eldor  e Iset 2: Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora