05. Olvidarse

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CAPÍTULO CINCOOLVIDARSE

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CAPÍTULO CINCO
OLVIDARSE

Durante el almuerzo, Theo decidió sentarse frente a Alana Jane y empezar a planificar su primera sesión de estudio, pero su sola presencia seguía provocando un giro de ojos en la chica de pelo oscuro. Pero ella sabía que si iba a tener una oportunidad de aprobar Biología AP, tenía que cooperar con el novato, sin importar cuánto lo odiara.

—Por mucho que quisiera decirte que te vayas de mi cara en cuanto te sentaras, sé que acabaría suspendiendo biología si lo hiciera— protestó mientras lo miraba con los brazos cruzados sobre la mesa.

—Siéntete libre de decirme todos y cada uno de los insultos que quieras, pero no voy a ir a ninguna parte. Sólo pásame tu teléfono y pondré mi número para que podamos estar en comunicados — dijo Theo con las manos cruzadas mientras se inclinaba hacia adelante al igual que Alana Jane.

—Te odio— murmuró ella mientras Theo se limitaba a encogerse de hombros y Alana Jane le pasaba el teléfono.

—Puedo vivir con eso— respondió con indiferencia mientras se apoyaba en su asiento y ponía su número de teléfono.—Esta noche en la biblioteca después de las clases. No llegues tarde—.

—Lo que tú digas, papá— dijo Alana Jane con sarcasmo mientras tomaba su teléfono y la bandeja del almuerzo y tiraba la basura y dejaba la bandeja en el montón de las usadas.

     Durante el resto del día, sólo trató de superar todo para poder volver a casa al final. Lo siguiente que supo fue que la escuela estaba a punto de terminar y era casi la hora de su sesión de estudio con Theo. Mientras se dirigía a su casillero, miró la pantalla de su teléfono para ver la hora y cuando levantó la vista, casi chocó con una chica de cabello castaño. —Lo siento mucho. No estaba prestando atención— dijo y Alana Jane se limitó a encogerse de hombros.

—Yo tampoco. No te preocupes— respondió mientras empezaba a alejarse, pero la chica le agarró la manga de la sudadera con capucha y se giró para mirarla. Había sudor en su cara y su respiración era errática y podía sentir que algo estaba mal. —¿Estás bien?—

—Lo siento— dijo la morena mientras su agarre de la manga de Alana Jane se hacía más fuerte.

—¿Necesitas que te lleve a la oficina de orientación?— preguntó Alana Jane pero la chica se limitó a negar con la cabeza mientras la soltaba.

—Lo siento— dijo antes de alejarse, dejando a Alana Jane confundida y preocupada.

     No podía quitarse de encima la sensación de que algo no iba bien con esa chica, pero parecía tener prisa por irse. Pero además, necesitaba llegar a la biblioteca para poder acabar con esta sesión de estudio e irse a casa. Exhaló por la nariz al llegar a la biblioteca y se sentó en una mesa en un rincón alejada de los demás. Sacó su libro de biología y su cuaderno y esperó a que Theo apareciera.

𝐆𝐑𝐀𝐕𝐄𝐘𝐀𝐑𝐃 | ᵗʰᵉᵒ ʳᵃᵉᵏᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora