IV

800 77 3
                                    

Capitulo 4

✨Midiendo Poderes

Eirene entrecerró los ojos cuando bajaron del transbordador y el gran hangar que usaban para guardar las nave más pequeñas les recibió. Conecto la mirada con un macho desconocido que se tensó visiblemente cuando la vió.

Ella se preparó cuando comenzó a caminar a ella, las garras del macho creciendo de sus dedos y los dientes al descubierto con un gruñido. Hizo una seña a sus hermanas para que se apartarán si comenzaba una pelea. Pero el macho jamás llegó a ella cuando Ainus lo tomó de su uniforme negro y lo estampó contra un transbordador. Eirene no se relajó ni apartó la mirada mientras el jefe en armas le gruñía algo bajo al otro macho. Notó lo sorpresa, de éste, y el escepticismo en la expresión, pero se relajó cuando Ainus soltó al macho y miró a Eirene, asintiendo con la mandíbula dura.

Eirene le devolvió el gesto, y miró a donde estaba NiK con Nurvian. Ambos la miraban y ella se acercó, seguida por sus hermanas.

- Daremos un aviso por su llegada señora-, habló Nurvian-. O sino tendrá a todos los machos saltando sobre usted, y no en el buen sentido.

Eirene alzó una ceja pero no abrió su boca ni mostró la diversión que tal vez esperaba el macho. Agradeció que intentará aligerar el ambiente, pero ella no lo necesitaba.

Su mirada fue hacia Zolo.

-¿Dónde estarán nuestras recámaras, Comandante?- ella se percató que él entendió el tono que había puesto en su título.

Zolo miró a Nurvian y dijo algo que su traductor no pudo identificar. Ella frunció el ceño cuando de Nurvian soltó un bufido divertido y le respondió en el mismo idioma. Eirene se mordió el labio, ella podía jugar ese juego. Se puso de costado para que sus hermanas la vieran claramente, y también los machos, y comenzó a mover sus manos rápidamente.

-Este imbécil piensa que puede jugar conmigo. Vamos a mostrarle que no somos chicas para jugar.

Lyra rió a carcajadas y las otras sonrieron asintiendo. Tabit fue la siguiente.

- Llevamos sólo unas horas a su lado y ya me tienen cansada. ¿Cómo haremos para aguantarlos?

Meissa fue la siguiente.

- Sólo ignóralos. Los machos odian cuando no sigues sus juegos.

-¡Oh, por Dios! Mira sus rostros. NiK parece a punto de estallar- Lyra apenas podía contener su risa.

-Parece un volcán, ese color definitivamente no es sano-. Pleya sonrió.

Eirene volvió la mirada a los machos y era verdad. Zolo tenía el rostro rojo y sus ojos habían cambiado como cuando lo vió por primera vez. El azul y amarillo habían desaparecido y sólo el rojo rodeaba sus pupilas.

Ella sonrió sin poder ocultar cuánto le divertía lo fácil que era enojar a los machos. En parte le daba gracia que él no pudiera seguir con la fachada de »Me importa un rábano, tú y tus hembras«. Pero su reacción furiosa le decía todo lo contrario.

Eirene volvió a mirar a sus hermanas.

-Creo que ya se está arrepintiendo.

- Definitivamente- dijeron todas con los signos del lenguaje de señas.

Ellas lo usaban todo el tiempo y lo aprendieron mientras estudiaban para leer y escribir. Era su forma de comunicarse en misiones dónde no podían hablar.

Cediendo TerrenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora