X

721 73 1
                                    

Capitulo 10

✨ Muéstrame tu yo verdadero (I)✨

NiK se mantuvo pensativo el resto del día.

Aún en la cena, su mente se quedó alejada mientras Eirene le daba comida y hablaba con la hembra Naky de su excursión. Él no podía dejar de pensar en la reacción de Eirene al ver el trato que recibían los ghinconianos de la raza de su progenitor. A él también le había hervido la sangre, pero podía manejar el impulso, la paciencia era importante cuando estabas en una misión.

Miró disimuladamente el perfil de Eirene mientras ella observaba la mesa donde estaban los demás. Las palabras que habían dicho Meissa y ella todavía retumbaban en su mente. Como el cuerpo de Eirene había luchado, los huesos de sus pantorrillas aún estaban adoloridos, el rugido de guerra... Todo, todo estaba en su cabeza. También como se había relajado con el juramento de su agrupación, como la frialdad había apagado el fuego de la venganza. Más que apagado, lo había dejado como una mecha, ardiendo lentamente. Pero NiK sabía que ese fuego sólo se apagaría si lograban desbaratar la mina y darle a los ghinconianos la fuerza de la libertad.

Por primera vez se preguntó por lo que habian pasado esas hembras. Después de todo, no conocía la historia de ellas. Tomó el plato que Eirene le ofrecía mientras pensaba en ello. NiK había creído que eran hembras delicadas y que se romperían fácilmente, no había pasado aún. Él empezaba a dudar que en verdad pasará.

La agrupación Ángeles Caídos eran más duras de lo que aparentaban.

NiK reconocía un retroceso al pasado. A él mismo le había pasado en su primera misión y no por eso se detuvo. Él podía ver esa convicción en Eirene.

Mientras mordía distraídamente la carne, decidió que averiguaría la historia de todas ellas.

Su primera oportunidad la tuvo esa misma noche.

Eirene lo había dejado con Lyra cuando se llevó a Yuta para ir a visitar a la hija menor de Net-Erei. La hembra era charlatana y él sabía que podía sacarle información si se lo proponía.

NiK la observó mientras ella limpiaba y afilaba detenidamente cuchillas sobre la pequeña mesa donde estaban sentados. Lyra tarareaba una canción de su planeta mientras parecía muy concentrada en su tarea.

-¿Qué edad tienes Lyra?- preguntó suavemente NiK mientras él también sacaba su espada y le daba filo con su piedra.

Lyra no levantó la mirada cuando contestó.

- Diecinueve ¿Y usted Comandante?

- Veintisiete -, él se mantuvo en silencio, tal vez esperando que ella hiciera alguna pregunta. Como nunca llegó, se lanzó él- ¿Desde que edad empezaste a entrenar con cuchillas?-, preguntó distraídamente.

Lyra lo miró de soslayo y él bajó la mirada a su propia espada. Ella apoyó su codo sobre la mesa y su barbilla en el talón de su mano, mirándolo directamente está vez.

- ¿Esto es un interrogatorio, comandante?

NiK ocultó su mueca. Él estaba demasiado acostumbrado a los interrogatorios directos.

Él alzó la mirada, sus ojos clavándolos en los de la hembra.

-Me gustaría conocerlas mejor-, dijo sinceramente-. No creo que hayamos empezado de la mejor forma.

Lyra alzó una ceja y luego soltó una risita.

-¿Qué le hace pensar eso?- preguntó con obvia burla.

Cediendo TerrenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora