Rostros del Miedo

39 6 0
                                    

DÍA 0

Ya era de mañana. La luz del sol entraba por los orificios de la madera colocada en las ventanas por seguridad para los dos hermanos que se refugiaban ahí. La pequeña vela fue apagada por el aire que entró, extinguiéndola por completo. Con cuidado, Jimin fue despertado por su pequeña hermana al verse quedado dormido por el cansancio acumulado de días de guardia por las noches. Miró a la menor, sonriendo levemente. Sin saberlo, unos seres habían entrado a su casa sin ser invitados.

[Jimin]

Con un pequeño salto me despierto, viendo a Sunjin lista para irnos. Con cuidado me estiro y me levanto, tomando el rifle que tenía al lado y la mochila.

- "Lo siento, el cansancio me ganó y no me di... - Rápidamente siento las manos de mi hermana sobre mi boca, callándome. Me doy cuenta de que tiembla y llora de miedo mientras niega para que no hable. Veo cómo apenas señala la puerta del cuarto entre temblores. De forma sigilosa, le hago señas de que se quede ahí y tome su mochila, mientras yo me dirijo a la puerta con el arma bien agarrada. Al estar cerca de esta, escucho pequeños gruñidos y respiraciones agitadas. En completo silencio, abro la puerta con cuidado, asomándome un poco, notando que al subir las escaleras hay dos de esos que alguna vez llamamos humanos y que alguna vez tuvieron conciencia de lo que hacían. Veo cómo uno de ellos suelta un gruñido bastante espantoso y, con cuidado mientras tiemblo, cierro la puerta sin meter ruido, escuchando otro gruñido.

- Mierda - reclamo en un susurro. Con cuidado, le hago señas a Sunjin para que no haga ruido. Rápidamente, corro un mueble hacia la puerta y, sin querer, hago que éste golpee la puerta de forma fuerte, llamando la atención de esos seres.

Escucho cómo estos corren hacia la puerta y cómo chocan y tratan de abrirla a golpes. Con algo de fuerza, corro algunos muebles hacia la puerta para poder darnos más tiempo. "Sunjin, rápido, toma el rifle", veo cómo ella tiembla y rápidamente toma el arma con algo de brusquedad. Yo tomo mi mochila, colocándomela, y tomo el martillo que estaba en el cuarto. Ahora agradezco a las películas de terror y de catástrofe que me enseñaron a no ser un idiota y aprender a tener todo lo necesario a mano, hasta lo más estúpido que creas. Con movimientos rápidos y bruscos, empiezo a sacar los pedazos de madera que se encontraban en una de las ventanas. Escucho un grito de Sunjin y un fuerte golpe, lo que me avisa que la puerta fue rota por esos monstruos.

- ¡Vamos rápido, Sunjin! - veo cómo ella me entrega el arma y se sube a la ventana, pasándose al techo de la otra casa con facilidad gracias a una viga.

De forma rápida y torpe, doy un disparo a uno de los zombies que se asoman entre la puerta y los muebles, fallando y causando que éste se irrite más. Acomodo el arma en la mochila y paso a la otra casa, tomando a Sunjin en brazos. Corro por el techo al escuchar cómo esos seres tiran cosas y pasan la pequeña barricada de la puerta. Con Sunjin en brazos, bajo por uno de los muros con cuidado, pero al solo tener un brazo desocupado, resbalo, raspándome parte del antebrazo. Trato de ignorar el dolor y, gracias a la adrenalina del momento, voy a un auto que está estacionado cerca de la villa. Al verlo abierto, lo reviso y luego meto a Sunjin en la parte trasera con las cosas. Luego escucho fuertes estruendos y gritos de esos seres. Con nervios a flor de piel, abro la puerta del conductor y saco los cables de debajo del volante, esperando a que encienda.

- ¡Vamos, vamos! - digo desesperado al ver que mis intentos fallan.

- ¡Jimin!- escucho a mi hermana llorar y gritar. Como puedo, veo a uno de esos correr hacia nosotros y cierro las puertas del auto. Me paso a la ventana de Sunjin, viendo cómo el zombi mete su mano en ésta, tratando de tomar a Sunjin. Con rápidos movimientos y enredados, tomo el rifle y le disparo desesperadamente justo en la garganta, haciendo que caiga. Aprovecho el momento para cerrar la ventana.

- ¡Jimin! - escucho a ésta gritar de nuevo y tiro el arma al suelo al ver a más correr hacia nosotros al ser llamados por el tiro. Vuelvo al asiento del conductor y con dificultad hago que el auto funcione, haciendo que éste parta, ya que estaba encendido. Manejo lo más rápido, chocando a varios de esos monstruos, haciendo que sangre y partes de éstos queden en el auto.

- ¡Sunjin! ¡Vamos, rápido, colócate el cinturón! - por los movimientos bruscos que le doy al auto al conducir tan rápido, veo por el retrovisor cómo se abrocha con dificultad mientras solloza.

- Tranquila, tranquila. Esto es... parte del juego. Recuerda lo que decía papá, siempre en los juegos tiene que haber algo de aventura y terror, si no, no vale.

- Tengo miedo, Jimin. - veo cómo ella solloza y abraza a su oso. - Quiero a mamá y papá.

- Lo sé, corazón, pero yo te cuido. Mientras yo esté, no te pasará nada. Con cuidado paso mi mano atrás, sintiendo cómo ella toma mi mano al ver que estamos bastante lejos. Le pido que se desabroche y se pase al asiento de adelante, y que se abroche estando ya ahí.

- Yo te cuido... Jiminie te cuida. Con rápidos movimientos al esquivar algunas cosas, salgo de lo que alguna vez conocimos como hogar, largándonos de esta ciudad sin mirar atrás y con esperanzas de buscar un lugar tranquilo y a nuestros padres. Espero, por favor, que estén bien y que yo esté equivocado...

CR00s EL INICI0 [YM. TK. ] (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora