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Kaeya y Diluc eran rivales desde hacía mucho tiempo y sus actuales compañeros lo sabían por ciertos rumores de pasillo que circulaban entre los dormitorios de Hogwarts. Era algo complicado estar entre ellos cuando se topaban al caminar o cuando coincidían en clases, siempre un ceño fruncido, miradas asesinas y silencio, era todo lo que sus amigos veían en ellos.

El día en que ingresaron a la escuela de magia fue el día que se decidió el rumbo de su casi inexistente amistad. Diluc fue el primero en pasar y tal y como el esperaba fue asignado a Gryffindor y se sentó orgulloso y feliz entre ellos, los que serían sus nuevos compañeros y quizá mejores amigos.

Después de algún tiempo llego el turno de Kaeya, y al sentarse el sobrero lo selección a su respectiva casa gritando de manera fuerte y sonora "Slitheryn", cosa inesperada para él, ese día estaba nervioso, al sentarse su mente quedo en blanco, sabía que el sombrero escuchaba tu opinión para hacer la elección.

Su mente en blanco hizo que el sombrero seleccionador eligiera por él. No era lo que esperaba, quizá en el fondo sabía que era una sus opciones esa casa, sin embargo, hubiese sido aún mejor quedar en Hufflepuf. Sus deseos de reconciliación no podrían ejecutarse.

A mediados del primer año en la escuela surgió el primer altercado con Diluc de manera oficial, sus compañeros le jugaron una broma y al derramar su poción en la de Diluc por accidente no solo perdió su trabajo que era una nota alta si no que arrastro el de Diluc con él.

Frustración, eso fue lo que sintió, no le dieron la oportunidad de disculparse. La cara de Diluc no podría ser más fría, el aspiraba a tener un buen promedio y hacer sentir a su padre algo orgulloso.

Su padre nunca le exigía mucho sin embargo él quería demostrar que podía poner sus expectativas en él, un error como este podía hacer que sus planes fracasaran.

Ese día decidió dejarlo pasar o al menos eso es lo que quería hacer, sin embargo, no contaba con que Kaeya se acercaría en él, algo en su cara o en su sonrisa tonta al intentar hablarle le cabreo.

Un puño en la cara fue lo que recibió Kaeya al llegar, no se lo esperaba, puede que antes solo hubiese peleas verbales, pero nunca habían roto esa línea de llegar agresiones físicas. Desafortunadamente ambos eran de casas contrarias, y ambas casas se involucraron haciendo que el problema se hiciera más grande y las brechas entre ellos también.

La pelea llego a oídos de los maestros y quien aplico el castigo fue el profesor Severus Snape.

Ya es costumbreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora