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Por otro lado, Diluc estaba enfrentado la cara de Venti, el novio de venti que en realidad lo ignoraba y a los gemelos. Había metido la pata en grande. Quizá nunca más tendría otra oportunidad.

Venti le reclamo haber besado a Kaeya sin más preámbulo, los gemelos le recalcaron que ese no era el plan, y que haberse quedado en los baños y no extender la invitación a donde tenían planeado no era la mejor manera de ejecutar un plan.

Incluso el novio de venti que siempre lo ignoraba le dijo que las relaciones no se construyen así y menos aún se reconstruyen de esa forma. Hasta pudo escuchar un leve imbécil de su parte.

Pasaron muchos días y volvió a armar el plan con su amigo, ms no esperaba que una chica de Hufflepuff y que el problemático Tartaglia de Slytherin lo buscasen para entregarle una carta-invitación con la letra y firma de Kaeya.

Una invitación para encontrarse en frente del árbol debajo de un sauce llorón. Explícitamente decía que era una invitación para hablar de manera tranquila y que pensara lo que iba a decir antes de abrir la boca. Su letra había mejorado, habían pasado mucho tiempo separados y había detalles que se perdió de él.

Según lo pactado se encontraron en el lugar y fecha acordada después de clases.

La cara de Kaeya parecía descansada, aun así se veía nervioso, de alguna forma Tartaglia y su novia habían alejado a todos de aquí para que tuvieran que agradecerle. El otro pensó en cobrarle, pero la chica le dijo que ahora eran amigos y que era natural ayudarse mientras que con una mano le daba un pellizco a su novio.

Diluc también se dio cuenta de que Venti y Xiao estaban a una distancia lejana donde pudieran asegurarse que no iba a huir y también noto al par de novios que le había llevado la invitación. Más que nada ellos estaban ahí para intervenir por si se querían agarrar a golpes, pero estaban alejados para dar privacidad.

Kaeya lo invito a sentarse en el pasto, el clima era algo agradable así que no había riesgo de manchar su ropa.

Ambos se vieron por un momento y soltaron de igual forma un "lo siento" que dejo confundido a ambos.

-lo siento, eso es lo que todo este tiempo quise decir- dijo Kaeya – durante mucho tiempo me puse a pensar que es lo que hice para que te alejaras de mí y me odiases, pero aun así no logro descifrar que fue, sé que no es honesto disculparse de esta forma, pero si pudieras decírmelo, aunque no me perdones, quizá me darías algo de paz mental- termino de decir para soltar un suspiro.

Diluc parecía confundido por ello- No, tú no has hecho nada, todo es mi culpa, desde el primer momento en que te trate mal debí haberlo remediado, y no lo hice, fui infantil y te arrastre conmigo sin decirte nada. Soy yo el que debería disculparme- al final agacho la cabeza.

-entonces si no hice nada que fue lo que te hizo tratarme de esa forma, Diluc, teníamos una relación muy especial. Eras lo más valioso para mí- la mirada de Kaeya era de desconcierto, siempre se culpó a sí mismo, quizá le hizo daño a Diluc sin saberlo – Fueron celos- contesto Diluc.

- ¿celos? - pregunto Kaeya algo aturdido, de todo lo que paso por su mete algo como eso no se había estacionado en su cerebro- Si, celos-

- Fueron celos estúpidos, mi padre parecía más satisfecho contigo que conmigo. El me daba amor y su confianza, pero parecía tener expectativas sobre ti- dijo Diluc – pensé que quizá no era lo suficientemente bueno para que pusiera también expectativas en mí, que pensaba que no era lo suficiente para obtener su trabajo. Fue estúpido lo sé- tomo un pequeño respiro y se acomodó mejor – como niño tonto pensé que me estabas robando a mi padre, con el tiempo eso mismo me consumió, me cegó. Siempre estuviste ahí para mí, aun cuando tuviste tantos problemas. Mi padre me lo dijo. Tiempo después hable con él. Fui un imbécil. Todo lo que me frustraba lo dirigí hacia ti. - Diluc soltó una risa que sonaba dolida y frustrada – sé que no estoy en posición de pedirte perdón, te cause mucho daño. -

- Cada pequeña cosa que antes podía haber pasado por alto y que no eran molestan me empezaron a fastidiar, pero era solo yo rebajándome y odiándome a mí mismo, desde hace tiempo quería hablarte, pero nunca termino bien, no soy bueno en ello. Después pensé que si golpearme dejaba salir tu estrés y odio hacia mí lo aceptaría y yo...- no pudo terminar de hablar cuando Kaeya le dio un zape.

- eres un imbécil, si tan solo hubieses hablado antes... pero eras solo un niño pequeño e idiota, al parecer ambos lo éramos – soltó una sonrisa Kaeya y se recostó en el pasto palmeando un lugar junto a él donde Diluc se acostó – te propongo algo. Olvidémonos de todo y empecemos de nuevo, no es fácil perdonarnos a ambos- dijo Kaeya- después de todo incluso llegamos a golpearnos, aunque jamás non insultamos o cosas así. Jamás hablamos mal el uno del otro. - Kaeya se giró para mirar a Diluc y apoyar su cabeza sobre su mano para verle mejor – Diluc, volvamos a ser como hermanos-

-No lo creo, tú me gustas – dijo Diluc de manera rápida – quiero reconciliarme contigo no solo por eso... es decir acepto todo lo demás, pero si se puede quiero llegar a estar aún más cerca de ti. Mi padre lo sabe y no se opone. Quiere que encuentre mi propio camino-

La cara de Kaeya se puso roja, asa que Diluc lo beso. Era ahora o nunca.

-sé que iniciar una relación así estaría mal, podría llegar a volverse toxica y no quiero eso. Si me das la oportunidad quiero remediar las cosas, si no te gusto recházame, pero por lo menos déjame recuperar tu amistad. – dijo Diluc con lago de sentimiento en sus palabras.

Kaeya asintió, aunque no especifico en que, también le dio un beso.

Ese día ambos acordaron ir poco a poco. Al menos ninguno de sus amigos tuvo que sepáralos ese día por haberse agarrado a golpes.

Ya es costumbreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora