Hermanos - BUGHEAD

Capitulo 43

Cuando estas en un agujero del dolor cualquier que ocurra o te digan te harán hundir más, porque no estas entendiendo, el dolor te ensordece y te ciega, justamente eso le pasaba a Betty el dolor no dejaba escuchar, así que luego de abandonar la casa de la morena y dejar a Jughead allí sin que le dijera nada más, solo caminó sin rumbo fijo con lágrimas en los ojos.

Por que todo le estaba pasando a ella? Por que el amor de su vida tenía que ser su hermano? Aunque no de sangre pero lo eran. Por que no pudo fijarse en otro chico? Por que ella debía sufrir tanto? Por que su padre debía ser ese Hall Cooper? Por que tenía que llevar esa sangre tan despiadada? Por que su madre había muerto? Por que ahora se sentía tan sola?

Todas esas preguntas vagaban en la mente de la rubia mientras esta seguía su rumbo con lágrimas en los ojos y sollozando. Sin darse cuenta se encontraba en los acantilados de Riverdale, tenía años que no estaba allí, no luego de un accidente que hubo y un niño murió, sus padres luego de eso les habían prohibido ir y ella simplemente le dio miedo, pero justo ahora se daba cuenta de la vista y de lo impresionantemente alto que eran esos acantilados, aunque estaba lejos del borde sintió esa sensación de brincar? No estaba segura como se sentía pero con miedo dio un paso más atrás, tenía miedo que su mente se terminara de nublar del dolor y saltará.

— Betty...

—la rubia se sobresaltó tropezándose y cayendo al suelo— Max? —dice levantándose— Que haces aquí?

—se encoge de hombros— Encontré un bunker y... estabas llorando? —dice preocupado el pequeño

— se seca las lágrimas un poco— Estoy bien, vamos, te llevaré a casa —empieza a caminar

— Sabes... —dice haciendo que la rubia voltee a verlo— Se que soy pequeño pero no soy tonto, se que no estas bien cuando dices que lo estas, se que JB te dijo cosas horribles, también se que ella no siente todo eso que te dijo, y se que no es tu culpa todo esto que paso —bajando la mirada— Te extraño Betty y a Jughead también, no quiero que ustedes me dejen, son mis hermanos favoritos, aunque Polly y Charles crean que son ellos —se encoge nuevamente de hombros— Quiero que los dos vuelvan a casa, papá nunca esta y cuando llega solo pelea con Charles de lo borracho que esta —hace un puchero temblándole el labio a punto de llorar— No me dejen Betty por favor, al menos llévenme con ustedes, pero yo quiero estar contigo y con Jug —se empieza a secar las lágrimas que le salen solas— Extraño mucho a mamá y tu... tu me has cuidado como una... y... siento que tu me cuidas como... me cuidas como ella

—también sus ojos se cristalizan— Ay Max —solo se acerca para abrazarlo y dejar que el pequeño llore y ella junto él igual

— Re... regresa a... casa... por... favor —solo lloraba abrazado a su hermana

Max siempre sintió ese cariño especial hacía Jughead y Betty que no sentía con sus otros dos hermanos mayores, tal vez por el hecho que los gemelos eran mas grandes y se fueron rápido a la universidad y no le prestaron nunca mayor atención, en cambio Jug y Betty fueron su adoración siempre los quiso demasiado, y en cierta manera sentía que le daban amor maternal y paternal hacía él y eso le gustaba. Por eso cuando los descubrió aquella vez besándose en la sala no le importó, porque ellos eran su mas grande adoración y no quería que se metieran en problemas, solo quería que lo incluyeran siempre en sus planes y nunca lo dejaran de lado, por eso jamás reveló su secreto, no podía hacerlo no a ellos.

Ambos estuvieron allí sentados en los acantilados llorando, no saben cuanto tiempo pasó pero si fueron varias horas, pues la rubia había llegado casi al medio día allí y se podía ver que empezaba atardecer.

— Ya te siente mejor? —lo tenía encima de su regazo como un bebé mientras acariciaba su cabello

—el pequeño con los ojos cerrados asintió, amaba cuando Betty le hacía mimos en su cabello— Vas a volver a casa? —dice abriendo los ojos para verla