§capitulo 14§

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Harry se sentía nuevamente triste, iba ya una semana desde que regreso a clases y ni siquiera recibió alguna carta de sus padres, algun regalo o algo, ellos no mandaron absolutamente nada esa semana, ni la siguiente.

Parecieron desaparecer, el año pasado mandaron regalos y cartas todos los días, diciendo cuanto lo extrañaban, incluso un vociferador que por orden de su padre llegó a su habitación, algo muy Slytherin, en su opinión.

Pero esta vez, en dos semanas, nada.

Las personas a su al rededor, sus amigos, parecieron notarlo.

Su cambio de animo, todo el tiempo desanimado.

Todos lo notaron, más un rubio quien lo veía de lejos, se preguntaba que le pasaba a ese chico al que en tan solo dos semanas llegó a conocer un poco y saber que su actitud eléctrica y su personalidad alegre y pegajosa, ahora con mueca triste y parecía aislado, lo observaba, sin intención de acercarse, no era el momento.

-¡Harry! Vamos, ¿que pasa?

- Nada, Herms. Vamos a pociones empieza en unos minutos.

-Bien, pero después vamos a hablar y me vas a decir que te pasa.

Harry solo viró los ojos, con la falta de presencia de sus padres, sumando que tampoco contestaban el espejo, las clases con Dumbledore se cancelaron, el director dijo que tenía que hacer algo, se veía preocupado.

Pero tenía otras cosas en las que pensar, no podía estar triste o con cualquier mínima cosa podría perder el control.

Y eso no era recomendable ni seguro, tanto para el como para todos a su al rededor.

Sabía el poder de su magia, sus padres se lo explicarón desde pequeño.

Solia dejarse llevar aveces, es poderoso, por lo tanto es superior a los demás, ¿no?

Su padre James insiste en que no es así, pero su padre Regulus dice que si lo es, y se siente así, con superioridad sobre sus compañeros, incluso con sus amigos, cualquiera que viera sus ojos oscurecer como lo hacen cuando se enoja, alguna chispa o explosión causada por él mismo saldrían corriendo.

Claro, trataría de que eso jamás pasara, pero aveces no podría evitarlo y eso era inegable, si lo negaba solo estaría mintiendose a si mismo.

Sus padres lo hacían, se mentían a ellos mismos, pensando que un niño sabría controlar una magia que hasta que el mismo existió no era más que un mito, era un poco ilógico, pero no cuestionaría a sus padres.

No los culpaba sabía que ellos buscaban lo mejor para el, aunque no siempre estaba de acuerdo con ellos y sus decisiones.

A mitad de clase un pequeño pajarito de papel voló hacia el.

"Nos vemos a las 15:00 en la torre de astronomía, no te retrases, Potter.

Atte; D. M"

Volteó hacia el remitente de aquella corta carta en solo un pedazo de pergamino y aquella elegante letra que de lejos se veía practicada desde hace tiempo, ningun niño de doce tenía una letra tan bonita.

Malfoy solo despegó su vista de Harry en cuanto este lo volteó a ver.

Aquello le causo algo de gracia al azabache y quiso reir, pero sabía que si hacía un mínimo ruido el profesor Snape, quien impartía las clases de pociones, le castigaría.

Mejor no arriesgarse.

Pero Draco levantó la mirada y conectó sus ojos.

Un Malfoy...

POᗯᗴᖇ  «ʰᵃʳᶜᵒ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora