Era aquella petición desesperada lo último que escucho.
—Recuerda estar en silencio pequeño, ¿Puedes hacerlo?
Un niño de cabellos rosados observaba con detenimiento la sonrisa nerviosa de su madre, silencio, pidió ella, y él era un niño bueno que obedecía a su mamá así que si ella quería que estuviera en silencio en silencio se mantendría. Asintió con su cabecita mientras ponía sus pequeñas manos sobre su boca para evitar que una risa saliera de sus labios.
Ah, tenía tantas ganas de reír pero no debía, se un buen niño Yuuji, se un buen niño, repetía en su mente.
Esconderse, era el juego en el que estaban metidos en ese momento, su madre Kaori, su padre Jin y él justo después de que el sonido de un vidrio romperse lo despertara.
Escucho pasos que se dirigían a su habitación y vio a su madre entrar para cerrar con fuerza su puerta, puso el seguro y lo levanto de la cama.
—Yuuji, juguemos un juego bebé ¿Te parece?— pregunto su mamá en un entusiasta susurro.
Si su mamá susurraba significaba que él también debía susurrar, así funcionaba cuando jugaban.
—Si, si, ¿Que vamos a jugar?— Estaba emocionado, no solían jugar tan de madrugada pero cualquier hora era buena para la diversión.
Escondidas fue lo que le dijeron que jugarían.
Yuuji se escondió en el cesto de la ropa sucia, era su mejor escondite, después de todo a nadie le gustaba oler la ropa sucia de los demás, su mamá abrió su ventana y después se escondió en el armario.
El armario es el lugar más obvio mami, papá te encontrará muy rápido pensó, además podía escuchar como movía cosas, oh no, tenía muchas cosas en su armario, juguetes, pelotas y su bate de béisbol, si tiraba algo definitivamente su mamá sería encontrada primero.
Lo que pasó después era muy confuso en su mente, eran las 4 AM después de todo y apresar de querer jugar tenía mucho sueño, levantar a un niño de 6 años en la madrugada no era muy útil porque seguramente se volvería a dormir en cuanto se quedará quieto como le pasó a Yuuji cuando se puso cómodo entre aquellas camisas sucias.
No reaccionó ni cuando fuera de su habitación se escuchaban ruidos de cosas cayendo y rompiéndose, no se movió aún cuando su puerta fue abierta de una patada, no despertó aún cuando su cuarto se volvió zona de guerra con su madre saliendo del armario y golpeando a un par de sujetos con su bate de béisbol...
Siguió escondido aún cuando Kaori gritaba de dolor mientras el par de tipos la golpeaban de regreso.
Y Yuuji ganó el juego cuando los ladrones que entraron a su casa encontraron las cosas de valor, y a sus padres pero no pudieron encontrarlo a él...
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Ah~ esto todavía no empieza y ya siento que me quedé sin ideas para los próximos 10 años.
Jaja quedó del asco pero no hay mucho que hacer, no soy buena con el terror.
Bueno... Deseen suerte a esta pobre y homosexual alma en desgracia para poder terminar estas cosas...
