Capítulo 2

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Juliana POV

Le había prometido a Lucía que lo intentaría... Que intentaría aguantar al idiota de su profesor y quedarse durante toda la clase, pero no lo había podido soportar más. Nunca les enseñaba nada trascendental y siempre asumía que todos morían por saber sobre su fin de semana y cómo había ido a la playa y blah blah blah...

Había tenido suficiente, y ese era el resumen de por qué ahora se encontraba en uno de los cubículos del baño, comiéndose un Carlos V para matar el tiempo antes de poder irse a casa y contarle a su amiga lo mucho que había 'disfrutado' la clase.

Mirando a su alrededor pudo ver las paredes llenas de rayones y frases estúpidas, haciéndola sentir de regreso en la secundaria. Lo único que le recordaba que se encontraba en la universidad, era ese agujero a un costado de la pared. No lo había probado aún, pero la idea siempre aparecía al fondo de su cabeza, preguntándose cómo sería usarlo.

Durante los últimos meses había estado un tanto solitaria luego de haber roto con su ex, era fácil perderse en ese tipo de pensamientos cuando no tenía con quién explorar su sexualidad y siempre terminaba echándose una mano sola, ya sea con sus dedos o aprovechando ese consolador que (muy amablemente), Lucía le había regalado para Navidad.

Al terminarse su barra de chocolate alguien había entrado al cubículo que estaba junto al suyo, escuchó que se bajaba un cierre, pero no que alguien se aliviara en la taza del baño.

Sus ojos se abrieron de manera cómica al distinguir el sonido de un golpeteo húmedo, acompañado de un gemido.

Mierda. Aquel chico se estaba masturbando junto a ella.

Si no hubiera estado pensando en sus propias necesidades eso le hubiera parecido desagradable, pero en aquel momento le resultaba un  poco caliente y sintió la humedad acumulándose entre sus piernas.

Conforme los movimientos parecían subir de nivel y los gemidos de volumen, Juliana miró hacia el agujero con una expresión contemplativa.

No, eso es jodido. Ni siquiera lo conozco... Pero sería caliente. Podría solo preguntar, ¿Quién rechazaría una mamada?, aunque yo no hago estas cosas.

A la mierda.

¿Sabes que puedo ayudarte con eso?

Las palabras se escaparon de sus labios antes de siquiera poder retractarse.

Lo escuchó detenerse, pero no le respondió.

“Es decir, solo si quieres. No tengo que hacerlo, pero suena como si lo necesitaras y a mí no me molestaría”

Intentó sonar casual, si le decía que no solo se iría, no quería hacerlo sentir incómodo por su propia calentura.

De nuevo no hubo respuesta.

De acuerdo, lo intentaré una vez más y si sigue sin decir nada me iré.

Mira, solo ponlo en el agujero y yo me encargo de él”

Quizás sonaba un poco desesperada, pero para ese punto ya no le importaba.

Silencio.

Okay, me voy entonces”

Estiró un brazo para quitar el seguro, escuchando un movimiento al hacerlo y cuando miró hacia atrás ahí estaba, un miembro largo y grueso presentándose ante ella. No pudo evitar preguntarse cómo es que había entrado por el estrecho agujero.

¡Mierda, eres enorme!” se dijo a sí misma.

No perdió el tiempo, volviendo a cerrar la puerta y dejándose caer de rodillas tan rápido como pudo. No había visto un miembro tan grande antes, no iba a desaprovechar la oportunidad de probarlo y ayudar al pobre chico, que parecía necesitarlo tanto como ella.

Comenzaba a imaginarse cómo se sentiría tenerlo dentro, la manera en que la haría estirarse para recibirlo.

Mmm...

Lo tomó en sus manos, acariciándolo mientras se relamía los labios al ver el líquido preseminal en la punta.

Apuesto a que sabe delicioso...

Dios, está tan duro que me estoy empezando a mojar”

Juntó las piernas lo más que pudo, tratando de hacer algo de fricción y conseguir un alivio.

Se echó hacia adelante para besar la punta, probando aquel líquido transparente y no dudó en absorber la cabeza entera, chupándola y usando la lengua para ayudarse.

No pudo aguantar más y bajó hasta que pudo sentirlo en la garganta. Por un momento había pensado que no podría tomarlo todo, pero lo logró y estaba orgullosa de eso.  

Y tan cachonda que no podía quedarse callada.

Mmm... qué pene tan grande, y está delicioso...

Dicho aquello comenzó a mover la cabeza de arriba hacia abajo, chupándolo lenta y sentidamente en un principio, para después ir subiendo la velocidad. El chico era un manojo de gemidos para aquel punto.

Podía ver cómo el pene comenzaba a enrojecerse y supo que debía estar cerca de correrse, por lo que bajó la cabeza una vez más, dejando que la punta le tocara la garganta.

No se alejó, aunque tuvo arcadas, solo lo hizo hasta que saboreó algunas gotas anunciando la llegada. Siguió masturbándolo con la mano, dejando la punta del pene sobre su lengua para que aquella espesa crema le llenara la boca y se la tragó toda cuando no salió más.

Joder, aquello había sido caliente.

No pudo contenerse más y se llevó una manó dentro de los pantalones, metiéndola bajo sus bragas para acariciarse sus labios empapados y luego se la acercó al rostro.

Mmm, tendré que encargarme de esto.

Se fue poniendo de pie mientras veía cómo ese maravilloso miembro volvía a desaparecer por el agujero.

Fue un placer chuparte, luego de esto tendré que hacerme cargo de mí misma” fue inevitable que gimiera las palabras.

Deseaba que hubiera una forma de conocerlo, aunque fuera el nombre o algo así, en caso de que volvieran a encontrarse en una situación similar. Nada perdía con soñar. Antes de irse pensó en dar el primer paso, solo por si acaso.

Por cierto, me llamo Juliana”

Y se quedó sorprendida cuando recibió una respuesta, dejándola anclada en su lugar.

Valentina

Era la voz de una mujer.

¿Es una chica? Pero si...

Su expresión se transformó en una pícara sonrisa.

Mierda, aquello fue muchísimo más caliente de lo que había pensado. Ahora definitivamente tenía que verla otra vez.

Bueno, Val, puede que para la próxima mi boca no sea el único agujero que folles. Nos vemos por ahí”.

Salió del baño y se apresuró a irse lo más rápido que pudo a su casa, con el presentimiento de que su consolador tendría algo de acción aquella tarde, mientras fantaseaba con que era Valentina quien la ayudaba. 

Mierda... 

𝗨𝗻 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝘆𝘂𝗱𝗮【+18】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora