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Era una día tranquilo, como siempre, el cielo estaba de un azul intenso, los colores era... realmente no había cambiado mucho, se podría decir que era otro día común y corriente del cual te quedas embelesado por la belleza de las nubes. 

 Había un niño, su nombre era Marcus, tenia 13 años, estaba terminando su 1er año en el bachiller, pasaba mucho tiempo en casa, no porque quisiera sino porque pensaba que salir para divertirse no era una opción. No era bueno comunicándose sin embargo a la hora de escribir se destacaba. Solía ser muy ocurrente. Con solo trece años aprendió lo dura que es la vida cuando tu padre no te quiere... cuando no entiendes exactamente si hiciste algo mal, cuando solo te golpean así no haya una razón.

 Su padre era una persona "peculiar" y con peculiar me refiero a un enfermo. El desde siempre le gusto lastimar a los animales, en varias ocasiones mato a sus perros, a uno le disloco la cadera y a otro le rompió la cabeza. Se le podría considerar como un psicópata...   Amaba causarle daño a las personas, le encantaba mentir aunque no era particularmente bueno en ello, pues siempre se delataba. Tenia pésima memoria, también una absurda suerte. Todo le salía como quería, si se proponía conseguir algo lo hacia... lo que es normal, lo robaba. Jamás fue encarcelado, era un maestro escapando. Lo cual es una pena, pues muchas personas sufrieron por el.

Un día conoció a una joven, su novia, el al instante se pego de ella, la habito y devoro en muchas oportunidades. El era un parasito. Con los años tuvo un hijo, el único que sobrevivió, los anteriores tuvieron "accidentes", como lo había mencionado antes, el era muy particular... y dentro de esta particularidad que resulto ser común entre los hombres a decir verdad; el golpeaba a su novia, mas cuando ella estaba embarazada. En muchas oportunidades ella aborto. 

Regresando al presente, Marcus siempre fue tratado como si lo que pensara estuviera mal, su padre era muy bueno para confundirlo, aparte de lastimarlo, en varias ocasiones su padre le cortaba las uñas y cuando lo hacia lo cortaba a el, a veces tomaba una parte de mas de la uña, otras veces le agarraba la piel. Cuando "jugaban" terminaba con moretones en le zona del torso.

 Los paseos siempre acababan con sangre de por medio, Marcus paso una temporada larga con sus rodillas raspadas, sus muslos con pellizcos, su pecho y abdomen amoreteado y lo que fue peor es que creyó que estaba bien. Porque a pesar de cada golpe, su padre decía que lo amaba y que no era intencional...Marcus no sabia expresarse, mantenía mucha ira dentro de si, hubo una vez que exploto en grito, su padre lo abofeteo con fuerza, lo tomo de los hombros, lo puso de cabeza en un pipote con agua fría y lo mantuvo sumergido por una media hora, con intervalos donde le permitía respirar. Pronto desarrollo cierta fobia al agua.... no podía bañarse sin pensar en que seria sumergido otra vez, cuando eso pasaba una sensación de sofoco lo acechaba.

 Cuando Marcus se estresaba solía morder, rascar y pellizcar parte de su palma, misma en la que su padre un día por mero aburrimiento le puso una plancha caliente. No grito, temía que fuese a tener otra sumergida por ello, pero si lloro, su labio tembló, y sus músculos se tensaron. Esta manía por rascar se extendió un poco mas, y empezó hacerlo con el empeine de pie, lo hacia con tanta fuerza que sangraba, pasaba todos los días echándose alcohol, ungüento para que cicatrizase. Luego empezó hacerlo con el dorso de la mano y la muñeca. Solía respirar profundo cuando se molestaba, eso no ayudaba, terminaba con su cara roja cual tomate. Desarrollo un odio profundo.

 Muchas veces imaginaba que su padre caminaba y era atropellado, pasaba al lado de algo y repentinamente su cabeza volaba por los aires. Imaginaba con frecuencia que el lo ahorcaba y que sus ojos explotaban. Deseaba que estuviese muerto, que fuese quemado vivo... A veces dibujaba su muerte. Sin embargo cuando esto pasaba recordaba las fétidas palabras de su padre, "somos tu y yo contra el mundo, solo me tienes a mi" Estas palabras lo llenaban de ira y miedo... si solo lo tenia a el... le aterraba la idea de quedarse completamente solo. De no tener un lugar, no obstante cada día que pasaba parecía una tortura, si esto era lo único que iba a tener prefería perderlo, prefería mil veces morir. 

MarcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora